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Josué 10:13 - La Palabra (versión española)

13 Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿No es así como está escrito esto en el Libro del Justo: «El sol se paró en medio del cielo y tardó un día entero en ponerse»?

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Entonces el sol se detuvo y la luna se quedó en su sitio hasta que la nación de Israel terminó de derrotar a sus enemigos. ¿Acaso no está registrado ese suceso en El libro de Jaser? El sol se detuvo en medio del cielo y no se ocultó como en un día normal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Y el sol se detuvo y la luna se quedó inmóvil hasta que el pueblo se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está eso escrito en el Libro del Justo? El sol se detuvo en medio del cielo y se demoró en ponerse durante casi todo un día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el Sefer Ha-Yashar?° Y el sol se paró en medio de los cielos, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Y se detuvo el Sol, y se paró la Luna, hasta que el pueblo se hubo vengado de sus enemigos. ¿Acaso no está escrito esto en el Libro del Justo? Y paróse el Sol en medio del cielo, sin darse prisa en ponerse casi un día entero.

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Josué 10:13
29 Referans Kwoze  

mandando que la aprendiesen los habitantes de Judá. Está escrita en el Libro del Justo:


Ezequías dijo: —Lo normal es que la sombra avance. Prefiero que retroceda diez grados.


El texto de este edicto debía ser promulgado como una ley en todas las provincias, y dado a conocer en cada pueblo a fin de que los judíos estuvieran preparados ese día para vengarse de sus enemigos.


si lo ordena, el sol ya no brilla y retiene bajo sello a las estrellas.


Alabadlo, sol y luna, alabadlo estrellas brillantes.


se difunde su sonido por toda la tierra, y por los confines del mundo su mensaje. En ellos ha erigido una tienda para el sol


La luna escapará avergonzada, el sol se ocultará abochornado, pues reina el Señor del universo en el monte Sion y en Jerusalén, honrado en medio de sus ancianos.


Haré que la sombra del sol retroceda los diez grados que ha bajado en las escaleras de Ajaz». Y la sombra del sol retrocedió los diez grados que había bajado en las escaleras.


En su presencia tiembla la tierra, los cielos se estremecen, el sol y la luna se oscurecen y dejan de brillar las estrellas.


El sol y la luna permanecen en su puesto ante el fulgor de tus veloces saetas, ante el brillo relampagueante de tu lanza.


Por eso se dice en el libro de las Batallas del Señor: «… Waheb en Sufa y los arroyos del Arnón;


—Haz primero que los israelitas se venguen de los madianitas; después irás a reunirte con tus antepasados.


En cuanto hayan pasado los sufrimientos de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna perderá su brillo; las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestes se estremecerán.


Así seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre que está en los cielos, pues él hace que el sol salga sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos e injustos.


Pues bien, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Creéis que los hará esperar?


Antes que llegue el día del Señor, grande y glorioso, el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre.


Y sucedió que, mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, el Señor lanzó desde el cielo sobre ellos grandes piedras hasta Acecá, ocasionando su muerte. Fueron más los que murieron por las piedras que los que murieron por la espada de los israelitas.


No hubo antes ni ha habido después un día como aquel, en que el Señor obedeciera a un ser humano. Es que el Señor combatía en favor de Israel.


Tampoco necesita sol ni luna que la alumbren; la ilumina la gloria de Dios, y su antorcha es el Cordero.


Y gritaron con voz poderosa: —Señor santo y veraz, ¿cuánto vas a tardar en hacernos justicia y vengar la muerte que nos dieron los que habitan la tierra?


Vi cómo el Cordero rompía el sexto sello. Se produjo entonces un formidable terremoto; el sol se oscureció como si se vistiera de luto; la luna se volvió completamente como sangre;


El cuarto ángel tocó la trompeta, y la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas quedó como herida de muerte, la tercera parte de ellos se oscureció y las tinieblas invadieron la tercera parte del día y de la noche.


Entonces Sansón invocó al Señor exclamando: —Mi Dios y Señor, acuérdate de mí; dame fuerzas, aunque solo sea esta vez, oh Dios, para que de un solo golpe me vengue de los filisteos que me sacaron los ojos.


Porque Israel se desmelena, porque el pueblo acude voluntario, ¡bendecid al Señor!


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