Jonás 1:3 - La Palabra (versión española)

³ Pero Jonás, queriendo eludir el mandato del Señor, decidió huir a Tarsis. Así que bajó hasta Jope, donde encontró un barco que zarpaba para Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó en él rumbo a Tarsis, para alejarse del Señor.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³ Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del Señor. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía para Tarsis. Pagó su pasaje, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del Señor.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Se levantó Jonás, pero fue para huir a Tarsis, lejos de la presencia de Yavé. Descendió a Jafa, donde encontró un barco que salía para Tarsis, pagó su pasaje y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos del rostro de Yavé.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ Pero Jonás se levantó para huir de la presencia de YHVH a Tarsis.° Y bajando a Jope,° halló una nave que partía a Tarsis. Pagó el precio y se embarcó para navegar con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de YHVH.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Pero Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh. Bajó a Jope y encontró una nave a punto de zarpar hacia Tarsis. Pagó el pasaje y se embarcó para navegar con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh.

Jonás 1:3 Referans Kwoze

Génesis 3:8

Cuando el hombre y su mujer sintieron los pasos de Dios, el Señor, que estaba paseando por el jardín al fresco de la tarde, corrieron a esconderse entre los árboles del jardín para que Dios no los viera.

Génesis 4:16

Caín se alejó de la presencia del Señor y fue a vivir al país de Nod, al este de Edén.

1 Reyes 19:3

Elías se asustó y emprendió la huida para ponerse a salvo. Cuando llegó a Berseba de Judá, dejó allí a su criado.

1 Reyes 19:9

Una vez allí, se metió en una cueva para pasar la noche. El Señor le dirigió la palabra, preguntándole: —¿Qué haces aquí, Elías?

2 Crónicas 2:15

y nosotros cortaremos toda la madera del Líbano que necesites y te la llevaremos en balsas a Jafa por mar, para que tú la transportes a Jerusalén».

2 Crónicas 2:16

Salomón hizo el censo de todos los extranjeros residentes en territorio israelita, después del censo que hizo su padre David; había un total de ciento cincuenta y tres mil seiscientos.

2 Crónicas 9:21

El rey tenía una flota de barcos que iban a Tarsis, con los servidores de Jirán, y cada tres años llegaban los barcos de Tarsis, cargados de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

Esdras 3:7

Entregaron dinero a los canteros y a los carpinteros, y suministraron víveres, bebidas y aceite a los sidonios y a los tirios a cambio de que, desde el Líbano, enviaran a Jope por vía marítima maderas de cedro de acuerdo con la autorización que había concedido Ciro, rey de Persia.

Job 1:12

El Señor respondió a Satán: —Haz lo que quieras con sus cosas, pero no se te ocurra tocar su persona. Satán abandonó la presencia del Señor.

Job 2:7

Entonces hirió a Job con llagas malignas, desde la planta del pie hasta la cabeza.

Salmos 107:23

Los que surcan el mar en naves, comerciando por aguas caudalosas,

Isaías 2:16

contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos comerciales.

Isaías 23:1

Oráculo contra Tiro: Lamentaos, naves de Tarsis, vuestra ensenada está destrozada. Lo comprobaron al volver de Quitín.

Isaías 23:10

Cultiva tu tierra, hija de Tarsis, pues ya no existe el puerto.

Isaías 23:6

Cruzad hasta Tarsis, lamentaos, gente de la costa.

Isaías 60:9

Navíos de las islas acuden a mí, en primer lugar las naves de Tarsis, para traer a tus hijos de lejos, cargados con su plata y con su oro, para glorificar al Señor, tu Dios, al Santo de Israel que te honra.

Jeremías 10:9

hechos con plata refinada de Tarsis, con oro traído de Ofir; ídolos hechos por orfebres y fundidores, vestidos de púrpura y de grana; todos son obra de artesanos.

Ezequiel 2:8

Por tu parte, hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte: No seas rebelde como ellos; abre bien la boca y come lo que voy a darte.

Ezequiel 27:12

Tarsis era tu cliente, atraída por la abundancia de tus riquezas; a cambio te daba plata, hierro, estaño y plomo.

Ezequiel 3:14

El espíritu me arrebató y me transportó; yo me dejé llevar enardecido, mientras el Señor dejaba sentir la fuerza de su mano sobre mí.

Jonás 1:10

Al oírlo, aquellos hombres fueron presa de un gran temor y, habiendo comprendido por la confesión de Jonás que este iba huyendo del Señor, le preguntaron: —¿Qué es lo que has hecho?

Jonás 4:2

y oró al Señor con estas palabras: —¡Oh, Señor! ¿Acaso no era esto lo que yo me decía mientras estaba en mi tierra? Por esto me apresuré a huir hacia Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios benévolo y compasivo, lento para enojarte y lleno de amor; yo sabía que te retractas del castigo.

Lucas 9:62

Jesús le contestó: —Nadie que ponga su mano en el arado y mire atrás es apto para el reino de Dios.

Hechos 15:38

Pablo, sin embargo, opinó que no debían llevar en su compañía a quien los había abandonado en Panfilia renunciando a colaborar con ellos en la tarea apostólica.

Hechos 26:19

Yo, pues, rey Agripa, no desobedecí aquella visión celestial,

Hechos 9:36

Había en Jope una mujer creyente llamada Tabita, nombre que significa «Gacela». Se dedicaba por entero a hacer buenas obras y a socorrer a los necesitados.

Hechos 9:38

Los discípulos de Jope, ciudad próxima a Lida, se enteraron de que Pedro se hallaba en esta última ciudad y enviaron urgentemente dos hombres con este ruego: —Ven a nuestra ciudad sin pérdida de tiempo.

Hechos 9:42

La noticia corrió por toda Jope, y fueron muchos los que creyeron en el Señor.

Hechos 9:43

Pedro se quedó una temporada en Jope, en casa de un tal Simón, que era curtidor.

1 Corintios 9:16

Pues anunciar el evangelio no es para mí un motivo de orgullo; es una necesidad que se me impone, ¡y pobre de mí si no anuncio el evangelio!

2 Tesalonicenses 1:9

Su castigo será la ruina eterna, la separación definitiva del Señor y de su glorioso poder,

Josué 19:46

y Meyarcón con el territorio enfrente de Jope.