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Jeremías 51:53 - La Palabra (versión española)

53 Aunque Babilonia suba hasta el cielo y ponga su fortaleza en las alturas, enviaré contra ella a los devastadores —oráculo del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique en las alturas, de mí vendrán a ella destruidores, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

53 Aunque Babilonia llegue tan alto como los cielos y haga sus fortificaciones increíblemente resistentes, aun así yo enviaré enemigos para que la saqueen. ¡Yo, el Señor, he hablado!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

53 Aunque Babilonia se levante hasta el cielo y alce su poder a donde nadie puede llegar, llegarán, sin embargo, hasta allí los saqueadores que yo mandé, asegura Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

53 Aunque Babilonia suba hasta los cielos, y se fortifique en las alturas, de mi parte le vendrán quienes la despojarán, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

53 Aunque Babel se elevara hasta los cielos, aunque hiciera inaccesible la cumbre de su fuerza, de mí le vendrían devastadores -oráculo de Yahveh-.

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Jeremías 51:53
29 Referans Kwoze  

Y siguieron diciendo: —Vamos a edificar una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos y para no dispersarnos por toda la tierra.


Aunque su talla alcance los cielos y su cabeza llegue a las nubes,


Estoy incitando contra ellos a los medos que no valoran la plata ni aprecian el oro:


Del norte he suscitado a uno que está llegando; de oriente lo llamo por su nombre: pisoteará príncipes como barro, como pisa un alfarero la arcilla.


Siéntate en silencio, entre tinieblas, capital de los caldeos, que no volverán a llamarte «señora de los reinos».


Creías que ibas a ser señora para siempre; pero no pensaste en esto, no sospechaste el final.


Fracasaron tus acciones que infundían terror, la arrogancia que llenaba tu corazón: habitas en los huecos de la roca, pertrechado en lo más alto de las cumbres; pero aunque anides arriba como el águila, haré que desciendas de allí —oráculo del Señor.


¡Ataca al país de Meratáin, lanza un ataque contra él y también contra los habitantes de Pecod! ¡Aniquila, extermina a su gente, haz lo que te he ordenado!


El Señor abrió su arsenal y sacó los instrumentos de su cólera, pues tiene Dios, el Señor del universo, una tarea en el país de los caldeos.


Escuchad ahora la decisión que ha tomado el Señor contra Babilonia, los planes que ha elaborado contra la tierra de los caldeos; hasta los corderos serán arrebatados, la propia dehesa quedará consternada.


Afilad las flechas, embrazad los escudos; el Señor incita a los reyes de Media, porque ha decidido destruir Babilonia: es la venganza del Señor por haber destruido su Templo.


Aquí me tienes, montaña asesina, asesina de toda la tierra —oráculo del Señor. Extenderé mi mano contra ti, te lanzaré rodando desde las peñas, te convertiré en montaña quemada.


Cielo, tierra y cuanto hay en ellos prorrumpirán en gritos de alegría cuando sepan lo que le espera a Babilonia, pues los devastadores llegan del norte contra ella —oráculo del Señor.


El devastador ataca Babilonia: sus soldados caerán prisioneros, sus arcos serán destrozados, porque el Señor, Dios que retribuye, les va a dar lo que merecen.


Así dice el Señor del universo: La ancha muralla de Babilonia será destruida sin remedio, sus altas puertas, quemadas; ha sido inútil el esfuerzo de los pueblos, para ser pasto del fuego se afanaron las naciones.


En aquel mismo momento se cumplieron en Nabucodonosor las palabras pronunciadas: dejó de vivir entre personas y empezó a comer hierba como los toros, su cuerpo quedó empapado por el rocío del cielo, los cabellos le crecieron como plumas de águila y le salieron uñas como las de las aves.


Si se esconden en el reino de los muertos de allí los sacará mi mano; si suben a lo más alto del cielo, haré que desciendan de allí;


si sus enemigos los llevan cautivos, haré que la espada los degüelle. ¡Para mal y no para bien los tendré siempre ante mi vista!


¡Ay del que forja su casa con el fruto de la maldad, para poner a salvo su nido y librarse de la adversidad!


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