Jeremías 38:22 - La Palabra (versión española)

²² Todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá serán sacadas y entregadas a los oficiales del rey de Babilonia, y dirán así: «Te han engañado y vencido los que eran tus íntimos amigos: tus pies se han hundido en el fango, pero ellos se batieron en retirada».

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²² He aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; hundieron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²² todas las mujeres que queden en el palacio serán sacadas y entregadas a los oficiales del ejército babilónico. Entonces las mujeres se mofarán de ti diciendo: “¡Qué buenos amigos tienes! Te han traicionado y engañado. ¡Cuando tus pies se hundieron en el barro, te abandonaron a tu suerte!”.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²² Todas tus mujeres que han quedado en el palacio del rey de Judá son llevadas a los generales del rey de Babilonia, y se burlan de ti con esta canción: 'Te han engañado tus buenos amigos; al hundirse tus pies en el fango, ellos te abandonaron.

La Biblia Textual 3a Edicion

²² He aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te dejaste dominar por tus hombres de confianza, y ahora que estás hundido en el fango, se han echado atrás.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²² mira: todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá serán llevadas a los jefes del rey de Babilonia e irán cantando: 'Te engañaron y pudieron contra ti tus buenos amigos; se hundieron tus pies en el fango, pero ellos te han dado la espalda'.

Jeremías 38:22 Referans Kwoze

Job 6:15

pero mis hermanos me engañan como un torrente, como una rambla cuando ha pasado la riada.

Salmos 41:9

Hasta mi íntimo amigo en quien confiaba, el que comía de mi pan, me ha traicionado.

Salmos 69:14

Sácame del barro, que no me hunda; líbrame de mis enemigos y del seno de las aguas.

Salmos 69:2

que me hundo en un profundo cenagal y no tengo dónde apoyar el pie; me encuentro en el seno de las aguas y me arrastra la corriente.

Isaías 42:17

Retrocederán llenos de vergüenza todos los que confían en los ídolos, los que dicen a simples estatuas: «Vosotros sois nuestros dioses».

Jeremías 13:21

¿Qué vas a decir, Jerusalén, cuando ellos te castiguen, tú que les habías enseñado a tratarte como amigos? Seguro que te aprietan los dolores, igual que a mujer en parto.

Jeremías 20:10

Oía a muchos murmurar: «Este es Terror-En-Derredor, denunciadlo, vamos a denunciarlo». La gente que me era más cercana andaba acechando mi traspié: «Tal vez, seducido, lo sometamos y podamos vengarnos de él».

Jeremías 27:14

No escuchéis las palabras de los profetas que os dicen: «No acabaréis sometidos al rey de Babilonia», pues os profetizan mentiras.

Jeremías 27:15

Y, aunque no los he enviado —oráculo del Señor—, ellos andan profetizando mentiras en mi nombre para que yo os expulse y os destruya junto con los profetas que os profetizan.

Jeremías 38:19

El rey Sedecías respondió a Jeremías: —Tengo miedo de ser entregado a judíos que se hayan pasado a los caldeos; pues me maltratarían.

Jeremías 38:21

Pero si te niegas a salir y entregarte, escucha la palabra que me ha comunicado el Señor:

Jeremías 41:10

Ismael capturó al resto de la población de Mispá y a las princesas reales que Nabusardán, jefe de la guardia, había confiado a Godolías, hijo de Ajicán. Tras hacerlos prisioneros, Ismael, hijo de Netanías, se puso en marcha para cruzar hacia territorio amonita.

Jeremías 43:6

hombres, mujeres, niños, princesas reales y cuantas personas había encomendado Nabusardán, jefe de la guardia, a Godolías, hijo de Ajicán y nieto de Safán; y también al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Nerías.

Jeremías 46:21

los mercenarios que tiene son como novillos cebados, pero también ellos le dan la espalda: huyen a una sin detenerse, pues les llega el día del desastre, el tiempo de pedirles cuentas.

Jeremías 46:5

¿Qué es lo que veo? Están aterrados, dan marcha atrás; sus soldados derrotados se han dado a la fuga, no vuelven la cara, los rodea el pavor —oráculo del Señor—.

Jeremías 6:12

Sus casas pasarán a otros, también sus campos y mujeres, pues voy a extender mi mano sobre los habitantes del país —oráculo del Señor.

Jeremías 8:10

Por eso, voy a dar a otros vuestras mujeres, entregaré vuestros campos a los conquistadores. Es que del pequeño al grande todos piensan en medrar; del profeta al sacerdote todos andan entre fraudes.

Lamentaciones 1:13

Desde el cielo mandó un fuego que me ha abrasado los huesos; tendió una trampa a mi paso y me hizo volver atrás; me ha dejado destrozada y sufriendo todo el día.

Lamentaciones 1:2

Pasa las noches llorando, riega el llanto sus mejillas; no hay nadie que la consuele entre todos sus amantes; sus amigos la han dejado y se le han vuelto enemigos.

Lamentaciones 5:11

Violaron a mujeres en Sion, a doncellas en ciudades de Judá.

Miqueas 7:5

No os fiéis de vuestro prójimo, ni pongáis la confianza en el amigo; incluso con la que duerme en tu seno, ten buen cuidado de lo que dices.