Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 36:3 - La Palabra (versión española)

3 Quizá escuche Judá todas las desgracias que he pensado enviarles, de modo que cada cual abandone su mala conducta y yo les perdone sus culpas y pecados.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Quizá los habitantes de Judá se arrepientan cuando vuelvan a escuchar todas las cosas terribles que tengo pensadas para ellos. Entonces perdonaré sus pecados y maldades».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 A ver si, escuchando el pueblo de Judá el mal que he pensado hacerles, se aparta de su mal camino y puedo yo, entonces, perdonarles su culpa y sus pecados.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Quizá la casa de Judá escuche todo el mal que me propongo causarles, y cada cual pueda arrepentirse de su mal camino, y Yo pueda perdonarles sus iniquidades y sus pecados.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 A ver si la casa de Israel atiende a todas las desgracias que proyecto hacerles, de tal manera que se convierta cada uno de su mala conducta y así les perdone su culpa y su pecado'.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 36:3
35 Referans Kwoze  

pero si os arrepentís, guardáis mis mandamientos y los lleváis a la práctica, aunque os encontréis dispersos en el último rincón del mundo, de allí os juntaré y os traeré hasta el lugar que escogí para que en él more mi nombre».


mira si me conduzco mal y guíame por el camino eterno.


Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y ciega sus ojos, no sea que acaben viendo y oyendo, que su corazón entienda, se convierta y se cure.


Y ahora habla así a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén: «Así dice el Señor: Yo soy el alfarero y estoy dando forma a una desgracia y meditando un plan contra vosotros. Que cada cual se convierta de su mala conducta y mejore su conducta y sus acciones».


pero resulta que ese pueblo se convierte de su maldad, entonces también yo me arrepentiré del mal que había decidido hacerle.


Entre los profetas de Jerusalén he visto una cosa espantosa: son adúlteros, van tras la mentira, se ponen a favor de los malvados y nadie se aparta de su maldad. Son todos para mí como Sodoma, sus habitantes igual que Gomorra.


Les daré un corazón capaz de conocerme, de reconocer que yo soy el Señor; y serán mi pueblo y yo seré su Dios, cuando vuelvan a mí de todo corazón.


A lo mejor escuchan, se convierten de su mala conducta y me arrepiento del mal que estoy pensando hacerles, por la maldad de sus acciones.


Os envié una y otra vez a mis siervos los profetas con este mensaje: «Que cada cual abandone su mala conducta y mejore sus acciones, y no vayáis tras dioses extranjeros para darles culto, de ese modo habitaréis la tierra que os di a vosotros y a vuestros antepasados». Pero no prestasteis atención ni me hicisteis caso.


Tal vez así lleguen sus súplicas ante el Señor y abandone cada cual su mala conducta, porque son enormes la ira y la cólera con las que ha hablado el Señor a este pueblo.


Así pues, hijo de hombre, prepárate un equipo de deportado y sal como deportado en pleno día, a la vista de todos. Abandona tu residencia y ve a otra residencia a la vista de todos, como un deportado; tal vez así se den cuenta de que son ciudadanos rebeldes.


¿Creéis que me complace la muerte del malvado? —oráculo del Señor Dios—. Pues no, prefiero que se aparte de su mala conducta y viva.


Buscad al Señor vosotros, todos los humildes de la tierra, los que cumplís sus preceptos; practicad la justicia y buscad la humildad; tal vez esto os proteja en el día de la ira del Señor.


Porque el corazón de este pueblo está embotado. Son duros de oído y tienen cerrados los ojos, de modo que sus ojos no ven, sus oídos no oyen y su corazón no entiende; y tampoco se convierten para que yo los cure.


para que, aunque miren, no vean; y aunque escuchen, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados.


Entonces el amo de la viña se dijo: «¿Qué más puedo hacer? Les enviaré a mi hijo, a mi hijo querido. Seguramente a él lo respetarán».


para que les abras los ojos del entendimiento, les hagas pasar de las tinieblas a la luz y del imperio de Satanás a Dios. De este modo, por medio de la fe en mí, alcanzarán el perdón de los pecados y la herencia que corresponde a los que Dios ha consagrado para sí».


sino que me dirigí en primer lugar a los habitantes de Damasco, y luego a los de Jerusalén, a los de todo el país judío y a los de las naciones extranjeras, proclamando la necesidad de convertirse, de volver a Dios y de observar una conducta propia de gente convertida.


Porque el corazón de este pueblo está embotado. Son duros de oído y tienen cerrados los ojos para no ver, ni oír, ni entender, ni convertirse a mí para que yo los cure.


Por tanto, convertíos y volved a Dios, para que vuestros pecados os sean borrados.


si te vuelves al Señor tu Dios, tú y tus hijos, con todo tu corazón y toda tu alma, tal como hoy te lo ordeno,


Y tú obedecerás de nuevo al Señor y pondrás en práctica todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy.


¡Ojalá conserven siempre esa actitud, respetándome y cumpliendo mis mandamientos todos los días, para que tanto ellos como sus hijos tengan siempre una vida dichosa!


No es que el Señor se retrase en cumplir lo prometido, como algunos piensan; es que tiene paciencia con vosotros y no quiere que nadie se pierda, sino que todos se conviertan.


Entonces Samuel se dirigió a todos los israelitas para decirles: —Si queréis volver totalmente al Señor, retirad de entre vosotros a los dioses y diosas extranjeros, entregaos plenamente al Señor, adoradlo en exclusiva y él os librará de los filisteos.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite