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Jeremías 34:14 - La Palabra (versión española)

14 Pasados siete años, dejaréis en libertad al hermano hebreo que hayáis comprado y que os haya servido durante seis años; lo dejaréis marchar libre. Pero vuestros antepasados no me escucharon ni me prestaron atención.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Les dije que todo esclavo hebreo debía ser liberado después de haber servido seis años; pero sus antepasados no me hicieron caso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Al cabo de siete años cada uno de ustedes dejará libre a su hermano. La persona de raza hebrea que se haya vendido a ti estará a tu servicio seis años y luego la despedirás libre. Pero sus padres no me escucharon ni se fijaron en esto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Al cabo de siete años cada uno de vosotros dejará ir a su hermano hebreo que le haya sido vendido: seis años lo servirá, y lo dejará ir libre. Pero vuestros padres no me oyeron ni inclinaron su oído.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 'Al cabo de siete años, todos vosotros dejaréis libre a vuestro hermano hebreo que se os haya vendido. Te servirá seis años, y luego lo dejarás marchar libre de tu lado'. Pero vuestros padres no me escucharon ni me hicieron caso.

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Jeremías 34:14
28 Referans Kwoze  

(Ciertamente no hubo nadie como Ajab que ofendiera tan gravemente al Señor con sus acciones, incitado por su esposa Jezabel.


En cuanto a los israelitas, no los sometió a trabajos forzados, pues eran sus soldados, sus servidores, sus oficiales, sus escuderos y los encargados de sus carros y caballos.


¡Y encima pretendéis convertir a los habitantes de Judá y Jerusalén en vuestros esclavos y esclavas! ¿Acaso vosotros mismos no habéis pecado contra el Señor vuestro Dios?


pero ellos se reían de los mensajeros divinos, despreciaban sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que estalló la cólera del Señor y no hubo remedio.


Los soportaste durante años, tu espíritu los amonestó por medio de tus profetas, pero ellos no quisieron escuchar; por eso los entregaste a gentes de [otros] países.


Así dice el Señor: ¿Dónde está el acta de divorcio según la cual repudié a vuestra madre? ¿A cuál de mis acreedores os he vendido como esclavos? Por vuestras culpas fuisteis vendidos, solo por vuestras rebeldías fue repudiada vuestra madre.


Este es el ayuno que deseo: abrir las prisiones injustas, romper las correas del cepo, dejar libres a los oprimidos, destrozar todos los cepos;


Pues ya se lo advertí solemnemente a vuestros antepasados cuando los hice subir del país de Egipto; y hasta el día de hoy no he dejado de repetir la advertencia: Hacedme caso.


Porque los israelitas y los judíos hacen desde su juventud lo que me parece mal, me han irritado con sus obras —oráculo del Señor—.


Os envié una y otra vez a mis siervos los profetas con este mensaje: «Que cada cual abandone su mala conducta y mejore sus acciones, y no vayáis tras dioses extranjeros para darles culto, de ese modo habitaréis la tierra que os di a vosotros y a vuestros antepasados». Pero no prestasteis atención ni me hicisteis caso.


¿Quieres juzgarlos tú? ¿Quieres juzgarlos, hijo de hombre? Pues hazles saber las abominaciones de sus antepasados.


Pero se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme; no se desprendieron de los dioses falsos que los seducían ni prescindieron de los ídolos de Egipto. Pensé entonces derramar mi cólera sobre ellos y desahogar mi ira contra ellos en pleno territorio egipcio.


Declararéis santo ese año cincuenta y proclamaréis la liberación para todos los habitantes del país. Será para vosotros año jubilar: cada uno recobrará su propiedad y cada cual regresará a su familia.


Esto es lo que dice el Señor: Son tantos los delitos de Israel que no los dejaré sin castigo. Venden al inocente por dinero, al pobre por un par de sandalias;


Compraremos al indigente por dinero y al pobre a cambio de un par de sandalias; incluso haremos negocio con el salvado del trigo».


¡Infeliz de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo portador de muerte?


Cada siete años perdonarás las deudas.


Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti como esclavo y te sirve durante seis años, en el séptimo año lo dejarás libre.


Y que no se te pase por la mente el perverso pensamiento de poner mala cara a tu hermano necesitado y no prestarle nada ya que se acerca el año séptimo, año de perdonar las deudas. Él podría clamar al Señor contra ti y te harías culpable de pecado.


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