Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 31:18 - La Palabra (versión española)

18 He oído claramente el lamento de Efraín: «Me has tratado con dureza como a un novillo sin domar, y ya estoy escarmentado. Haz que vuelva y volveré, pues tú eres mi Dios, Señor.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Oí a Israel decir: “Me disciplinaste severamente, como a un becerro que necesita ser entrenado para el yugo. Hazme volver a ti y restáurame, porque solo tú eres el Señor mi Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Escucho, escucho quejarse a Efraím: 'Me has pegado, y he sido castigado muy duro, como un novillo no domado; haz que yo vuelva y volveré, ya que tú eres Yavé, mi Dios.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

18 Oí atentamente el lamento de Efraín: Me azotaste, Fui castigado como novillo indómito; Conviérteme, y seré convertido, Porque Tú eres YHVH mi Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Oigo muy bien a Efraín lamentarse: 'Me has castigado y aguanté el castigo como novillo no domesticado. Conviérteme, que quiero convertirme, pues tú eres Yahveh, mi Dios.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 31:18
54 Referans Kwoze  

¡Dichoso aquel a quien Dios corrige! No rechaces la lección del Todopoderoso,


Dios me ha castigado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte.


Antes de haber sufrido pequé, pero ahora respeto tu palabra.


Yo sé, Señor, que tus decretos son justos, que con razón me hiciste sufrir.


Mi destino está en tus manos, líbrame de mis rivales y de quienes me persiguen.


No seáis como caballos o mulos que nada entienden: con el freno y las riendas hay que dominar su brío, pues de otro modo no se acercarán a ti.


¡Oh Señor, Dios del universo, renuévanos, ilumina tu rostro y estaremos salvados!


¡Oh Dios, renuévanos, ilumina tu rostro y estaremos salvados!


¡Dios del universo, renuévanos, ilumina tu rostro y estaremos salvados!


Dios, salvador nuestro, renuévanos, ¡aparta tu cólera de nosotros!


Feliz a quien tú, oh Dios, corriges, a quien instruyes en tu ley;


Látigo para el caballo, ramal para el asno y vara para la espalda de los necios.


El reprendido que no cambia será aniquilado pronto y sin remedio.


Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor ni te disguste su reprensión,


¿Dónde seguir golpeándoos, rebeldes recalcitrantes? La cabeza es pura llaga, todo enfermo el corazón;


Tus hijos yacen extenuados a la vuelta de todas las esquinas, lo mismo que un ciervo en la red; traspasados por la ira del Señor, por el grito furibundo de tu Dios.


Era maltratado, humillado, pero él no abría su boca: era como cordero arrastrado al sacrificio, como oveja que va a ser esquilada.


que eres nuestro padre, pues Abrahán no sabe quiénes somos e Israel no ha llegado a conocernos. Tú eres el Señor, nuestro padre, desde siempre te llamas «Redentor».


El Señor cortó cabeza y cola, palmas y juncos en un solo día.


Cúrame, Señor, y quedaré curado; ponme a salvo y a salvo quedaré, pues tú eres el objeto de mi alabanza.


En vano castigué a vuestros hijos, pues no han aprendido la lección. Vuestra espada devoró a los profetas, lo mismo que un león depredador.


¡Acostémonos en nuestra vergüenza, cubrámonos con nuestra deshonra! Desde que éramos jóvenes hasta hoy, nosotros, lo mismo que nuestros antepasados, hemos pecado contra el Señor, nuestro Dios, nos hemos negado a obedecerlo».


Un día gritarán los vigías allá por la montaña de Efraín: «Venga, subamos a Sion, allí está el Señor nuestro Dios».


Vendrán todos llorando y yo los guiaré entre consuelos; los llevaré a la vera de arroyos, por senda recta, sin tropiezos. Soy como un padre para Israel, Efraín es mi hijo primogénito.


siendo así, Señor, que tus ojos buscan la verdad? Los golpeaste y no les afectó, los destrozaste y no se corrigieron; endurecían su cara como la piedra, no quisieron convertirse a ti.


Haznos volver a ti, Señor, y volveremos; haz que nuestros días sean como antaño.


Allí recordaréis vuestra antigua conducta, todas las acciones con las que os contaminasteis; y os daréis asco a vosotros mismos por todas las maldades que cometisteis.


Nos ha alcanzado esta calamidad conforme a lo escrito en la ley de Moisés, pues no hemos aplacado al Señor, nuestro Dios, abandonando nuestras iniquidades y reconociendo tu fidelidad.


Efraín era novilla bien domada a quien le gustaba trillar. Pues bien, yo pondré el yugo sobre su hermosa cerviz; unciré a Efraín para que are y, mientras Judá abre los surcos, a Jacob le tocará rastrillar.


Israel se ha vuelto obstinado como una vaca embravecida: ¿va el Señor a pastorearlos ahora como a corderos en la pradera?


Me iré, volveré a mi morada, hasta que ellos me busquen, reconociendo su culpa. En su angustia me buscarán.


Al ver Dios la actuación de los ninivitas y cómo se habían arrepentido de su mala conducta, se retractó del castigo que les había anunciado y no lo llevó a cabo.


No ha escuchado la voz ni ha admitido la corrección; no ha confiado en el Señor ni se ha acercado a su Dios.


Esto es lo que comentaban entre sí los que honraban al Señor. Entonces el Señor prestó atención, escuchó e hizo que se escribiera en su presencia un memorial en el que se consignara a todos los que respetan y honran su nombre.


Al oeste acamparán por escuadrones los que militen bajo el estandarte de Efraín; su jefe es Elisamá, hijo de Amihud.


Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, hará que los padres se reconcilien con los hijos y que los rebeldes recuperen la sensatez de los rectos, preparando así al Señor un pueblo bien dispuesto.


Inmediatamente se puso en camino para volver a casa de su padre. Aún estaba lejos, cuando su padre lo vio y, profundamente conmovido, salió corriendo a su encuentro, lo estrechó entre sus brazos y lo besó.


Así que Dios, después de resucitar a su siervo, os lo ha enviado primero a vosotros a fin de que se os convierta en bendición y todos y cada uno os apartéis del mal.


Es Dios mismo quien realiza en vosotros el querer y el hacer, más allá de vuestra buena disposición.


pero sí habéis olvidado la exhortación paternal que os dirige la Escritura: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni pierdas el ánimo cuando él te reprenda,


Yo reprendo y castigo a los que amo. Esfuérzate, pues, y cambia de conducta.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite