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Jeremías 31:1 - La Palabra (versión española)

1 En aquel tiempo —oráculo del Señor— seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellos serán mi pueblo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 «En ese día —dice el Señor—, seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Entonces, dice Yavé, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En aquel tiempo, dice YHVH, Yo seré Dios de todas las tribus de Israel, Y ellas serán mi pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 En aquel tiempo -oráculo de Yahveh-, seré el Dios de todas las tribus de Israel y ellas serán mi pueblo.

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Jeremías 31:1
34 Referans Kwoze  

Has constituido a tu pueblo, Israel, en pueblo tuyo para siempre y tú, Señor, te has convertido en su Dios.


¡Feliz el pueblo que esto tiene, feliz el pueblo que al Señor tiene por Dios!


que este es Dios, nuestro Dios eterno, que él es quien nos conduce por siempre.


Dirán aquel día los habitantes de esta costa: «A esto han ido a parar aquellos a quienes pedimos ayuda para que nos salvaran del rey de Asiria. ¿Cómo nos pondremos a salvo?».


No temas, que estoy contigo; no te angusties, que soy tu Dios. Te doy fuerza y voy a ayudarte, te sostiene mi diestra salvadora.


En sus días estará a salvo Judá, Israel vivirá con tranquilidad, y la gente le pondrá de nombre: «El Señor es nuestra justicia».


En aquellos días, Judá caminará con Israel, y vendrán juntos de un país del norte a la tierra que di en heredad a vuestros antepasados.


No temas, siervo mío, Jacob —oráculo del Señor—, no tengas miedo, Israel. Te traeré ya libre, de lejos, traeré a tus hijos del destierro; Jacob volverá y descansará, tranquilo y sin sobresaltos,


Seréis así mi pueblo y yo seré vuestro Dios.


no cesará la cólera del Señor hasta haber ejecutado sus designios. Después de que pase ese tiempo, lograréis entenderlo del todo.


pues ya llegan días —oráculo del Señor— en que cambiaré la suerte de mi pueblo Israel y de Judá, dice el Señor; los haré volver a la tierra que di en herencia a sus antepasados.


Esta es la alianza que voy a pactar con Israel después de aquellos días —oráculo del Señor—: Pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Ya llegan días —oráculo del Señor— en que cumpliré lo que anuncié sobre Israel y Judá.


Haré cambiar la suerte de Judá y la suerte de Israel, y los reconstruiré como al principio.


Aquellos días y en aquel momento —oráculo del Señor— llegarán juntos israelitas y judíos, irán llorando mientras caminan, buscando al Señor, su Dios.


para que vivan según mis preceptos y respeten mis normas y las cumplan. De esta manera ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Yo, el Señor, seré su Dios; y David será su príncipe. Yo, el Señor, he hablado.


Vosotros sois mi rebaño, las ovejas que apaciento, y yo soy vuestro Dios. —Oráculo del Señor Dios.


Habitaréis en el país que di a vuestros antepasados; seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.


Y, a partir de aquel día, Israel reconocerá que yo soy el Señor su Dios.


Por eso, así dice el Señor Dios: Ahora cambiaré la suerte de Jacob, me compadeceré de toda la comunidad de Israel y defenderé con pasión mi santo nombre.


Caminaré en medio de vosotros, seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo.


Haré pasar por el fuego a este tercio, lo purificaré como se hace con la plata y lo acrisolaré como se acrisola el oro. Me invocará y yo lo escucharé; yo diré: «Es mi pueblo»; y él responderá: «El Señor es mi Dios».


Jesús le dijo: —No me retengas, porque todavía no he ido a mi Padre. Anda, ve y diles a mis hermanos que voy a mi Padre, que es también vuestro Padre; a mi Dios, que es también vuestro Dios.


¿Puede haber algo en común entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos templos de Dios viviente. Así lo ha dicho Dios mismo: Habitaré y caminaré en medio de ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


para que nadie viva entregado a la lujuria o a una conducta irreligiosa como Esaú que, por un solo plato de comida, cedió sus derechos de primogénito.


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