Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 29:23 - La Palabra (versión española)

23 porque perpetraron infamias en Israel, cometieron adulterio con las mujeres de otros y hablaron mentiras en mi nombre, algo que no les mandé. Lo sé personalmente, y doy testimonio de ello». —Oráculo del Señor.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos, y falsamente hablaron en mi nombre palabra que no les mandé; lo cual yo sé y testifico, dice Jehová.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Pues estos hombres han hecho cosas terribles entre mi pueblo. Han cometido adulterio con las esposas de sus vecinos y han mentido en mi nombre diciendo cosas que no les mandé decir. De esto soy testigo. Yo, el Señor, he hablado”».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Porque hicieron algo que es una infamia en Israel, a saber, cometieron adulterio con las mujeres de sus compañeros y anduvieron diciendo en mi nombre cosas que yo no les había mandado, dice Yavé. Yo, sin embargo, lo sé y soy testigo, palabra de Yavé.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

23 Porque hicieron infamia en Israel, adulteraron con la mujer del prójimo, y dijeron palabras falsas en mi Nombre, sin que Yo los mandara. Lo sé y lo atestiguo, dice YHVH.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 puesto que hicieron una torpeza en Israel, cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos y dijeron en mi nombre palabras mentirosas que no les había encargado. Yo mismo lo sé y soy testigo' -oráculo de Yahveh-.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 29:23
28 Referans Kwoze  

Si maltratas a mis hijas o si te casas con otras mujeres además de ellas, aunque nadie sea testigo de ello, Dios será testigo entre nosotros.


Cuando los hijos de Jacob regresaron del campo y supieron lo que había sucedido, se sintieron ultrajados y se llenaron de ira porque era una ofensa imperdonable para Israel el que Siquén hubiese violado a la hija de Jacob; era algo que nunca debió haber hecho.


Pero ella le dijo: —¡No, hermano mío! No me fuerces, porque eso no se hace en Israel. No cometas esa infamia.


El Señor ve los caminos del ser humano, examina todos sus senderos.


adulterios y relinchos, tus planes de prostituta. Por las colinas del campo vi tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén, que no estás purificada! ¿Hasta cuándo todavía?


Vigilo su conducta, nada se me escapa; su maldad no puede esconderse a mis ojos.


Entre los profetas de Jerusalén he visto una cosa espantosa: son adúlteros, van tras la mentira, se ponen a favor de los malvados y nadie se aparta de su maldad. Son todos para mí como Sodoma, sus habitantes igual que Gomorra.


Así dice el Señor del universo: No escuchéis las palabras de los profetas que os despiertan esperanzas vanas y os transmiten visiones imaginarias, cosas que no ha hablado el Señor.


Yo no envié a los profetas, pero ellos se apresuraban a hablar; tampoco les dirigí mi palabra, pero ellos profetizaban.


Aquí estoy contra los profetas que tienen falsos sueños —oráculo del Señor—, que luego los cuentan y extravían a mi pueblo con sus mentiras y sus pretensiones. Y resulta que yo ni los envié ni les di ninguna orden. Por eso, no pueden ser útiles a este pueblo —oráculo del Señor—.


Así dice el Señor del universo, Dios de Israel, a propósito de Ajab, hijo de Colaías, y de Sedecías, hijo de Maasías, que os profetizan mentiras en mi nombre: Voy a entregarlos en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que los matará en vuestra presencia.


—Envía este mensaje a todos los deportados: «Así dice el Señor a Semaías el nejlamita: Semaías os ha profetizado sin que yo lo haya enviado, haciéndoos confiar en la mentira.


¡Sementales ardientes y lascivos, que relinchan por la mujer de su vecino!


¿Pensáis que es una cueva de bandidos este Templo que lleva mi nombre? ¡Pero si yo mismo lo he visto! —oráculo del Señor—.


Me habéis desafiado de palabra, no habéis hecho más que hablar contra mí; lo he oído.


Son jactanciosos sus profetas, hombres traicioneros; sus sacerdotes han profanado lo santo, han violado la ley.


«¿Por qué sucede así?» —os preguntáis—. Pues porque el Señor es testigo de que tú has sido infiel a la esposa de tu juventud, la esposa y compañera con quien te comprometiste.


Así dice ahora el Señor del universo: Voy a entablar juicio contra vosotros y a testificar diligentemente contra los hechiceros, adúlteros o perjuros, contra los que defraudan al jornalero en su salario, contra los que oprimen a la viuda y al huérfano, o sojuzgan al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.


Ninguna criatura se le oculta a Dios; todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel ante quien debemos rendir cuentas.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados,


Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el que está en el origen de la obra creadora de Dios:


Respondieron a Jefté los ancianos de Galaad: —Que el Señor nos lo demande si no hacemos lo que dices.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite