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Jeremías 28:4 - La Palabra (versión española)

4 Y haré volver también a este lugar a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a toda la gente de Judá deportada a Babilonia —oráculo del Señor—, pues haré pedazos el yugo del rey de Babilonia.

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Biblia Reina Valera 1960

4 y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová; porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 También traeré de regreso a Joaquín, hijo de Joacim, rey de Judá y a todos los demás cautivos que fueron llevados a Babilonia. Tengan por seguro que romperé el yugo que el rey de Babilonia ha puesto sobre sus cuellos. ¡Yo, el Señor, he hablado!”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 haré también regresar a Jeconías, rey de Judá, y a todos los cautivos de Judá que fueron desterrados a Babilonia. Pues yo quebraré el yugo del rey de Babilonia, palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y haré volver a este lugar a Jeconías ben Joacim, rey de Judá, y a todos los exiliados de Judá que han ido a Babilonia, dice YHVH, porque romperé el yugo del rey de Babilonia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Y también haré que vuelvan a este lugar Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y todos los deportados de Judá que fueron a Babilonia -oráculo de Yahveh-, pues voy a romper el yugo del rey de Babilonia'.

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Jeremías 28:4
20 Referans Kwoze  

Vivirás de tu espada y a tu hermano servirás. Pero cuando te rebeles, lograrás quitar su yugo de tu cuello.


Luego deportó a toda Jerusalén: a todos los mandatarios y poderosos, unos diez mil en total, y a todos los artesanos y herreros. Solo quedó la gente más humilde del país.


Y todas las botas que retumban al pisar y todas las capas bañadas en sangre, acabarán quemadas, pasto del fuego.


Las ciudades del Négueb están cercadas, sin nadie que pueda romper el cerco; Judá entera ha sido deportada, ha sido deportada por completo.


Hace mucho que te has sacudido el yugo y has hecho trizas tus correas diciendo: «No volveré a ser esclavo». Y en toda colina elevada, bajo cualquier árbol frondoso te tumbas como una prostituta.


No lloréis ni os lamentéis por un muerto, llorad, llorad por el que se va, porque ya no volverá ni verá la tierra que lo vio nacer.


Juro por mi vida —oráculo del Señor— que si tú, Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, fueses el sello de mi mano derecha, te arrancaría


El Señor me hizo ver dos cestas de higos que estaban delante del santuario del Señor. [El suceso tuvo lugar después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportara de Jerusalén a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a los dignatarios de Judá, juntamente con los artesanos y herreros de Jerusalén, llevándoselos a Babilonia.]


—Así dice el Señor, Dios de Israel: Como ocurre con estos higos buenos, también yo me fijaré con agrado en los desterrados de Judá que expulsé de este lugar al país de los caldeos.


Y si una nación o reino no se somete a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no pone su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, yo mismo castigaré a esa nación con la espada, el hambre y la peste —oráculo del Señor—, hasta que haya acabado con ellos por medio de él.


El profeta Ananías arrancó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.


—Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: He roto el yugo del rey de Babilonia.


Este es el texto de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén a los desterrados: a los ancianos, sacerdotes y profetas, y a toda la gente que Nabucodonosor había deportado de Jerusalén a Babilonia.


[El hecho tuvo lugar después de que el rey Jeconías partiese de Jerusalén con la reina madre, los eunucos y los dignatarios de Judá y de Jerusalén, así como con los gremios de artesanos y de trabajadores del metal].


Aquel día —oráculo del Señor del universo— romperé el yugo que llevas al cuello y desataré tus correas; no volverán a servir a extranjeros.


Yo soy el Señor, vuestro Dios que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis sus esclavos nunca más; rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice caminar en libertad.


quebraré el yugo que te impusieron y romperé tus ataduras.


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