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Jeremías 23:2 - La Palabra (versión española)

2 Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros dispersasteis mi rebaño, lo expulsasteis y no os habéis preocupado de él. Pues bien, yo os voy a pedir cuentas de vuestras malas acciones —oráculo del Señor—

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Biblia Reina Valera 1960

2 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Por lo tanto, esto dice el Señor, Dios de Israel, a los pastores: «En vez de cuidar de mis ovejas y ponerlas a salvo, las han abandonado y las han llevado a la destrucción. Ahora, yo derramaré juicio sobre ustedes por la maldad que han hecho a mi rebaño;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Así habla Yavé, el Dios de Israel, contra los pastores que pastorean a mi pueblo: 'Ustedes han dispersado mis ovejas y las han echado en vez de preocuparse de ellas. Pero ahora me voy a preocupar de ustedes por todo el mal que cometieron, palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Por eso, así dice YHVH, Dios de Israel, acerca de los pastores que pastorean a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mis ovejas, las habéis ahuyentado y no las habéis atendido. He aquí Yo os castigo por la maldad de vuestras acciones, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Por eso, así dice Yahveh, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a mi pueblo: 'Vosotros habéis dispersado mis ovejas, las habéis descarriado y no habéis cuidado de ellas. Mirad: voy a castigar en vosotros la maldad de vuestras obras -oráculo de Yahveh-.

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Jeremías 23:2
21 Referans Kwoze  

Tú lleva al pueblo al lugar que te dije. Mi ángel te irá guiando. Y llegado el momento les pediré cuentas por su pecado.


Los pastores perdieron el juicio, ya no consultan al Señor; no son competentes y se ha dispersado su rebaño.


Esto es lo que dice el Señor del universo: Voy a tomarles cuentas: los jóvenes morirán a espada; sus hijos e hijas morirán de hambre.


Pero si no escucháis, lloraré en secreto vuestra arrogancia; mis ojos llorarán cuando se lleven deportado al rebaño del Señor.


Levanta tus ojos, mira a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que se te confió, las ovejas que eran tu gloria?


¿Qué vas a decir, Jerusalén, cuando ellos te castiguen, tú que les habías enseñado a tratarte como amigos? Seguro que te aprietan los dolores, igual que a mujer en parto.


Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el interior de las personas, para pagar a cada cual su conducta, conforme al fruto de sus acciones.


Porque esto dice el Señor a los descendientes de David: juzgad cada mañana conforme a derecho, liberad al desposeído de manos del opresor, para que no estalle mi ira como fuego y arda sin nadie que la apague, a causa de vuestras malas acciones.


Y si el profeta, el sacerdote o alguna otra persona del pueblo dice «oráculo del Señor», le pediré cuentas a él y a su familia.


El Señor ya no pudo aguantar la maldad de vuestras acciones y las abominaciones que cometíais, y vuestra tierra se convirtió en ruinas, desolación y maldición, y se quedó sin habitantes hasta el día de hoy.


¿Y no castigaré estas cosas? —oráculo del Señor—. De un pueblo que así se comporta, ¿no he de vengarme en persona?


¿Y no castigaré estas cosas? —Oráculo del Señor. De un pueblo que así se comporta, ¿no he de vengarme en persona?


Deberían sentirse avergonzados por haber cometido abominaciones; pero no se van a avergonzar, ni siquiera conocen el pudor. Por eso caerán entre otros caídos, se hundirán cuando venga a castigarlos —oráculo del Señor—.


Han andado dispersas, sin pastor, convertidas en presa de todas las fieras del campo.


Haré cesar toda su alegría, sus fiestas, novilunios y sábados, y todas sus solemnidades.


Es como una zarza el mejor de ellos, y el más recto [peor] que mata de espinos. Tú vas a intervenir en el día de la cuenta que tus centinelas han anunciado; con ello llegará su desgracia.


Ardo de ira contra los pastores, castigaré a los guías del rebaño. El Señor del universo ha visitado al pueblo de Judá, que es su rebaño, y hará de él su caballo victorioso en el combate.


Porque voy a suscitar en este país un pastor que no se preocupará de la oveja descarriada, ni buscará la extraviada, ni curará la que está herida, ni alimentará a la sana; al contrario, comerá la carne de las gordas y les arrancará hasta las pezuñas.


no tenía ropa y me la disteis; estuve enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y fuisteis a verme».


llegué como un extraño, y no me recibisteis en vuestra casa; me visteis sin ropa y no me la disteis; estuve enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis».


Esta es la religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre: asistir a los débiles y desvalidos en sus dificultades y mantenerse incontaminado del mundo.


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