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Jeremías 21:5 - La Palabra (versión española)

5 Yo en persona lucharé contra vosotros, con mano extendida y potente brazo, con ira, con cólera y con rabia incontrolada.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Pelearé contra vosotros con mano alzada y con brazo fuerte, con furor y enojo e ira grande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Yo mismo pelearé contra ti con mano fuerte y brazo poderoso porque estoy muy enojado. ¡Me has puesto furioso!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Y yo mismo pelearé contra ustedes a mano limpia y con la camisa arremangada, con rabia, con ira y con gran indignación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 y Yo mismo pelearé contra vosotros con mano extendida y con brazo fuerte, lleno de ira, con ardiente indignación y con grande enojo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Yo mismo pelearé contra vosotros con mano extendida y brazo fuerte, con ira, furor y saña,

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Jeremías 21:5
21 Referans Kwoze  

Por tanto, anuncia a los israelitas: Yo soy el Señor; yo os liberaré de la opresión de los egipcios, os libraré de su esclavitud, os rescataré con gran poder y a ellos los castigaré duramente.


Yo podría haber usado mi poder para herirte a ti y a los tuyos con la peste, y habríais desaparecido de la tierra;


Iréis abatidos como prisioneros, caeréis como los heridos de muerte. Con todo, su cólera persiste, su mano sigue amenazante.


Por eso arde en cólera el Señor contra su pueblo, y ha alargado hacia él su mano para herirlo; tiemblan los montes y aparecen sus cadáveres, lo mismo que basura en medio de las calles. Y con todo no se sacia su cólera, su mano sigue amenazante.


Pero ellos acabaron rebelándose, afligieron su santo espíritu; y él se convirtió en su enemigo, e hizo la guerra contra ellos.


Y el pueblo no vuelve a quien lo hiere, no consulta al Señor del universo.


La maldad arde como fuego que devora zarzas y cardos, se ceba en la fronda del bosque, y se alzan remolinos de humo.


—¡Ay, Señor mi Dios! Tú eres quien ha hecho el cielo y la tierra con gran poder y brazo extendido. Nada te resulta imposible.


Voy a reunirlos de todos los países adonde los dispersé con ira, con cólera y con rabia incontrolada. Los haré volver a este lugar y lo habitarán tranquilos.


Tal vez así lleguen sus súplicas ante el Señor y abandone cada cual su mala conducta, porque son enormes la ira y la cólera con las que ha hablado el Señor a este pueblo.


Aunque destruyerais al ejército caldeo, que en estos momentos os ataca, y quedasen solo algunos heridos en sus tiendas, se levantarían y pegarían fuego a esta ciudad.


Sus casas pasarán a otros, también sus campos y mujeres, pues voy a extender mi mano sobre los habitantes del país —oráculo del Señor.


Quebró, encendido de cólera, todo el poder de Israel, su mano escondió en la espalda ante el ataque enemigo y prendió fuego en Jacob devorando sus contornos.


Pero romperé el arco que empuñas con la mano izquierda y haré que caigan al suelo las flechas que sujetas con la derecha.


Por eso, esto dice el Señor Dios: Aquí me tienes contra ti. Voy a ejecutar mi sentencia en medio de ti, a la vista de todas las naciones.


Tened mucho cuidado de no olvidar la alianza que el Señor vuestro Dios ha pactado con vosotros. No os fabriquéis ningún ídolo, ninguna imagen de aquello que el Señor te ha prohibido,


¿Acaso algún dios se ha atrevido a tomar para sí a un pueblo en medio de otro, con tantas pruebas, milagros y prodigios, combatiendo con poder y destreza sin igual, y realizando tremendas hazañas, como realizó por vosotros y ante vuestros ojos el Señor, vuestro Dios, en Egipto?


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