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Jeremías 19:9 - La Palabra (versión española)

9 Haré que coman la carne de sus hijos y de sus hijas; se comerán unos a otros durante el angustioso asedio al que los someterán los enemigos que tratan de quitarles la vida».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Me ocuparé de que sus enemigos sitien la ciudad hasta que no haya más comida. Entonces los que queden atrapados adentro se comerán a sus hijos, a sus hijas y a sus amigos. Caerán en una profunda desesperación’”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Les haré comer la carne de sus hijos e hijas, y se devorarán entre ellos, en medio del angustioso asedio y de la miseria a que los reducirán sus enemigos, que quieren quitarles la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Haré que se coman la carne de sus propios hijos y la carne de sus propias hijas, y cada uno comerá la carne de su compañero, en el asedio y la aflicción con que los afligirán sus enemigos y los que buscan su vida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Les daré a comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas y los unos comerán la carne de los otros, por la angustia y por el aprieto con que los apretarán sus enemigos y quienes atentan contra su vida.

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Jeremías 19:9
10 Referans Kwoze  

El día nueve del cuarto mes el hambre se hizo insoportable en la ciudad y la gente no tenía nada que comer.


Manasés a Efraín, Efraín a Manasés, los dos juntos a Judá. Con todo, su cólera persiste, Su mano sigue amenazante.


Haré que se destrocen entre sí, los padres con los hijos —oráculo del Señor—. No pienso conmoverme; ni piedad ni compasión impedirán que los destruya.


—Majestad, no está bien que esos hombres hayan maltratado al profeta Jeremías arrojándolo a la cisterna. Seguro que morirá de hambre, pues no queda pan en la ciudad.


Mira, Señor, ten en cuenta que a nadie has tratado así: ¿Tenían que comer las madres a sus hijos, niños tiernos, o morir en el santuario sacerdotes y profetas?


Manos tiernas de mujeres cuecen a sus propios hijos y los sirven de comida mientras cae la capital.


Serás testigo de cómo los padres se comen a sus hijos y de cómo los hijos se comen a sus padres. Ejecutaré mi sentencia contra ti, y esparciré a los cuatro vientos a todos tus supervivientes.


tendréis incluso que comer la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas.


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