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Jeremías 14:13 - La Palabra (versión española)

13 Yo respondí: —¡Ay, Señor mi Dios! La culpa es de los profetas que les dicen: «No veréis la espada ni pasaréis hambre; os concederé permanente seguridad en este lugar».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Luego dije: —Oh Señor Soberano, sus profetas les dicen: “Todo está bien, no vendrá guerra ni hambre. El Señor ciertamente les enviará paz”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Yo exclamé: ¡Señor Yavé! Mira cómo los profetas andan diciendo: 'Ustedes no verán la espada, ni sufrirán de hambre, sino que les voy a dar una paz que dure, en este lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Entonces dije: ¡Oh, Adonay YHVH! Mira que los profetas les dicen: No veréis espada ni tendréis hambre, sino que en este lugar os daré paz duradera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Yo repliqué: '¡Ah Señor, Yahveh! Mira que los profetas les dicen: no veréis la espada, ni tendréis hambre; sino que os daré la paz segura en este lugar'.

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Jeremías 14:13
17 Referans Kwoze  

Sus guardianes están ciegos, no se dan cuenta de nada; todos, como perros mudos, ya no saben ni ladrar; los vigilantes se tumban, habituados a dormir;


Respondí: —Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy muy joven!


Y tú, Pasjur, junto con toda la gente de tu casa, irás al destierro, a Babilonia. Allí morirás y allí serás enterrado con todos tus allegados, a quienes profetizabas en falso.


A los que desprecian la palabra del Señor les dicen: «Tendréis paz»; a los que siguen su corazón obstinado les dicen: «No os alcanzará el mal».


¿Dónde están vuestros profetas, los que os profetizaban: «El rey de Babilonia no os atacará ni penetrará en el país»?


Yo dije: «Ay, Señor mi Dios, ciertamente engañaste a este pueblo y a Jerusalén, pues dijiste que tendrían paz, pero la espada amenaza su garganta».


Han renegado del Señor, iban diciendo: «Es un don nadie; no nos alcanzará la desgracia, no veremos espada ni hambre;


los profetas no son más que viento, no hay en ellos palabras del Señor».


los profetas profetizan en falso, los sacerdotes actúan a su antojo, y a mi pueblo le gustan estas cosas. ¿Qué haréis cuando todo esto acabe?


Han curado la herida de mi pueblo, pero solo por encima, diciendo: «Paz, paz», pero no hay paz.


Han curado la herida de mi pueblo, pero solo por encima, diciendo: «Paz, paz», pero no hay paz.


Ya no habrá visiones falsas ni presagios engañosos en la comunidad de Israel.


Porque habéis perturbado la mente del justo con mentiras, cuando ni yo mismo lo perturbo, y habéis fortalecido las manos del malvado, incitándolo a persistir en su equivocado camino e impidiéndole así salvar su vida.


Sus jueces juzgan por soborno, sus sacerdotes predican a sueldo y sus profetas vaticinan por dinero. Pero aún se apoyan en el Señor y dicen: «¿Acaso no está el Señor con nosotros? ¡No nos alcanzará la desgracia!».


Pero así como antaño hubo falsos profetas en medio del pueblo de Israel, así también habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán divisiones perniciosas. Se atreverán incluso a negar al Señor que los ha salvado, y de este modo se acarrearán un desastre fulminante.


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