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Jeremías 1:9 - La Palabra (versión española)

9 El Señor alargó su brazo, me tocó en la boca y me dijo: —He puesto mis palabras en tu boca.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Luego el Señor extendió su mano, tocó mi boca y dijo: «¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: 'En este momento pongo mis palabras en tu boca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Luego YHVH extendió su mano, y tocó mi boca, y me dijo YHVH: He aquí, pongo mis palabras en tu boca.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Luego Yahveh alargó su mano y, tocando mi boca, Yahveh me dijo: Mira que pongo mis palabras en tu boca.

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Jeremías 1:9
22 Referans Kwoze  

Hizo de mi boca espada afilada, me ocultó al amparo de su mano; hizo de mí una flecha puntiaguda, me puso dentro de su aljaba.


El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo, para saber dar al cansado una palabra de estímulo. Por la mañana estimula mi oído para que escuche como un discípulo.


Pongo mis palabras en tu boca, te oculto al amparo de mi mano para extender el cielo y cimentar la tierra, para decir a Sion: «Mi pueblo eres tú».


Por mi parte, esta es mi alianza con ellos, dice el Señor: el espíritu que derramé sobre ti y las palabras que puse en tu boca, no desaparecerán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes. Lo dice el Señor desde ahora y para siempre.


Por eso, así dice el Señor: Si vuelves, te dejaré volver y estarás a mi servicio; si quitas la escoria del metal, yo hablaré por tu boca. Ellos volverán a ti, pero no vuelvas tú a ellos.


El profeta Jeremías transmitió todas estas palabras a Sedecías, rey de Judá, en Jerusalén.


—Toma un rollo y escribe en él todo lo que te he dicho relativo a Israel, a Judá y a todas las naciones, desde que empecé a hablarte en tiempos de Josías hasta hoy.


Pues así dice el Señor, Dios del universo: Por haber hablado de este modo, así les va a suceder: haré que sean mis palabras lo mismo que fuego en tu boca; el pueblo será el combustible y el fuego los devorará.


Después me dijo: —Hijo de hombre, escucha con atención y retén en la memoria todas las palabras que voy a decirte.


Sentí entonces que una mano me tocaba y me levantaba tembloroso sobre mis manos y mis rodillas.


Pero alguien que parecía un hombre tocó mis labios; entonces abrí la boca y comencé a hablar. Dije al que estaba frente a mí: —Señor, me siento invadido por la angustia a causa de la visión, y me he quedado sin fuerzas.


Entonces el Señor comunicó a Balaán las palabras que debía pronunciar, diciéndole: —Regresa adonde está Balac y comunícale mis palabras.


Pero cuando os entreguen a las autoridades, no os preocupéis de cómo habéis de hablar o qué habéis de decir, pues en aquel momento Dios os sugerirá las palabras oportunas.


Jesús se llevó al hombre aparte de la gente y, cuando ya estaban solos, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva.


porque en aquel mismo momento el Espíritu Santo os enseñará lo que debéis decir.


porque yo os daré entonces palabras y sabiduría tales, que ninguno de vuestros enemigos podrá resistiros ni contradeciros.


Eso fue lo que le pediste al Señor tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando le dijiste: «No quiero escuchar más la voz del Señor mi Dios ni quiero volver a contemplar aquel terrible fuego, para no morir».


Entonces el Señor me dijo: «Tienen razón».


Por eso yo suscitaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les comunicará todo lo que yo le mande.


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