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Isaías 8:18 - La Palabra (versión española)

18 Yo y los hijos que me dio el Señor seremos signo y presagio en Israel; es cosa del Señor del universo, que habita en el monte Sion.

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Biblia Reina Valera 1960

18 He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sion.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Yo y los hijos que el Señor me ha dado servimos como señales y advertencias a Israel de parte del Señor de los Ejércitos Celestiales, quien habita en su templo en el monte Sion.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Yo y los hijos que Yavé me ha dado, somos para Israel como señales y anuncios que puso Yavé de los Ejércitos, que habita en el monte de Sión.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 He aquí, yo y los hijos que YHVH me dio, Como señales y presagios para Israel, De parte de YHVH Sebaot que habita en el Monte Sión.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Aquí estoy yo y mis hijos, los que Yahveh me ha dado, como señales y portentos en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, que habita en el monte Sión.

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Isaías 8:18
27 Referans Kwoze  

Después Esaú alzó la mirada y fijándose en las mujeres y los niños, preguntó: —Y estos, ¿quiénes son? Jacob respondió: —Son los hijos que Dios ha concedido a tu siervo.


pues David había dicho: —Puesto que el Señor, Dios de Israel, ha concedido reposo a su pueblo y ha fijado su morada definitiva en Jerusalén,


La posteridad ha de servirlo, por siempre será proclamado el Señor.


He sido para muchos un prodigio, y tú, para mí refugio seguro.


¡Ensalzad al Señor que mora en Sion, cantad a los pueblos sus proezas!


El vengador se acuerda de ellos, no olvida el grito de los humildes.


Gritad, vitoread, habitantes de Sion, que es grande entre vosotros el Santo de Israel.


¿Qué se puede responder a los legados de esa nación? Que el Señor fundó Sion como refugio para los desvalidos de su pueblo.


Dijo el Señor: —Lo mismo que mi siervo Isaías ha andado desnudo y descalzo durante tres años como signo y presagio contra Egipto y contra Cus,


La luna escapará avergonzada, el sol se ocultará abochornado, pues reina el Señor del universo en el monte Sion y en Jerusalén, honrado en medio de sus ancianos.


el Señor quiso machacarlo con males. Por entregar su vida como ofrenda expiatoria, verá su descendencia, vivirá muchos años, por su mano triunfará el designio del Señor.


Pues antes de que el niño aprenda a rechazar el mal y a elegir el bien, quedará arrasado el país de los dos reyes que te hacen la vida imposible.


Dijo el Señor a Isaías: —Sal al encuentro de Ajaz con tu hijo Sear Jasub. Dirígete al extremo del canal de la Alberca Superior, a la calzada del Campo del Batanero,


Luego me acosté con la profetisa, que concibió y dio a luz un hijo. El Señor me dijo: —Lo llamarás Maher Salal, Jas Baz,


Y esto os servirá de señal —oráculo del Señor—: Pienso castigaros en este lugar para que reconozcáis que las calamidades que os anuncié se cumplirán sin falta.


Te echarás el equipo al hombro, a la vista de todos, y saldrás cuando haya anochecido, con la cara cubierta para no ver la tierra, pues te he convertido en un símbolo para Israel.


Me encararé con esa persona y la convertiré en motivo de refrán; la extirparé de mi pueblo, y así reconoceréis que yo soy el Señor.


A continuación tomas una sartén de hierro y la colocas como una defensa férrea entre ti y la ciudad; pero dirige tu mirada hacia ella: quedará sitiada; tú le estrecharás el cerco. Se trata de una señal contra la comunidad de Israel.


Escucha, además, sumo sacerdote Josué, tanto tú como los compañeros que se sientan ante ti y que constituyen un presagio profético: Mirad que voy a suscitar a mi siervo Germen.


Así dice el Señor: Volveré de nuevo a Sion y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén será llamada «ciudad fiel», y se llamará «monte santo» al monte del Señor del universo.


Y todos cuantos escuchaban a los pastores se quedaban asombrados de lo que decían.


Simeón los bendijo y anunció a María, la madre del niño: —Mira, este niño va a ser causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos se levanten. Será también signo de contradicción


Ellos serán una señal y una advertencia permanente para ti y tu descendencia,


Unos fuisteis públicamente escarnecidos y sometidos a tormentos; otros os hicisteis solidarios con los que así eran maltratados.


Vosotros, en cambio, os habéis acercado a la montaña de Sion, a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, a la multitud festiva de los ángeles,


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