Y cuando los que tocaban las trompetas y los cantores entonaron al unísono la alabanza y la acción de gracias al Señor, haciendo sonar las trompetas, los platillos y demás instrumentos musicales y alabando al Señor [con estas palabras]: «porque es bueno y su amor no tiene fin», el Templo se llenó con la nube de la gloria del Señor,
Entonces oí el ruido que hacían sus alas: parecía el estruendo de aguas caudalosas, como si fuera la voz del Todopoderoso; sobre todo al caminar, el ruido era atronador, parecido al estruendo que se oye en una batalla. Cuando se paraban, plegaban sus alas.
estaban revestidos de paneles de madera. Las ventanas enrejadas y las galerías de los tres lados estaban guarnecidas de madera todo alrededor, excepto los alféizares. Desde el suelo hasta las ventanas había también un revestimiento,
De pie, junto al altar, vi a mi Señor que decía: Golpea los capiteles hasta que se desplomen los dinteles; destroza a los que van en cabeza, que al resto les daré muerte a espada. Ni uno entre ellos podrá escapar, nadie logrará ponerse a salvo.
En aquel instante se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y dentro de él apareció el Arca de su alianza en medio de relámpagos, truenos fragorosos, temblores de tierra y un recio granizar.
El Templo se llenó del humo de la gloria y del poder de Dios, sin que nadie pudiera entrar allí mientras no se consumaran las siete calamidades que llevaban los siete ángeles.