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Isaías 5:7 - La Palabra (versión española)

7 La viña del Señor del universo es la casa de Israel; los habitantes de Judá, su plantel predilecto. Esperaba de él derecho, y ya veis: asesinatos; esperaba de él justicia, y solo se escuchan alaridos.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 La nación de Israel es la viña del Señor de los Ejércitos Celestiales. El pueblo de Judá es su agradable huerto. Él esperaba una cosecha de justicia, pero, en cambio, encontró opresión. Esperaba encontrar rectitud, pero, en cambio, oyó gritos de violencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 La viña de Yavé Sabaot es el pueblo de Israel, y los hombres de Judá, su cepa escogida. El esperaba rectitud, y va creciendo el mal; esperaba justicia, y sólo se oye el grito de los oprimidos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 La viña de YHVH Sebaot es la casa de Israel, Y los hombres de Judá su plantel preferido. Esperaba equidad, y he aquí iniquidad; Rectitud, ¡y he aquí acritud!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 La viña de Yahveh Sebaot es la casa de Israel; y los hombres de Judá el plantel de sus delicias. Esperaba justicia y mirad: ¡iniquidad! Esperaba honradez y mirad: ¡lamentos!

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Isaías 5:7
47 Referans Kwoze  

Entonces el Señor replicó: —¡Qué has hecho! La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.


Asignaré un lugar a mi pueblo, Israel, y lo asentaré en él para que lo habite sin sobresaltos y sin que los malvados vuelvan a oprimirlo como lo oprimieron al principio,


provocando ante él el grito del pobre, haciéndole oír el gemido del necesitado.


el Señor ama a quienes lo veneran, a los que esperan en su amor.


porque el Señor ama a su pueblo, a los humildes honra con la victoria.


pues la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú robusteciste,


El Señor continuó diciendo: —He visto la angustiosa situación de mi pueblo en Egipto, he escuchado los gritos de dolor que le causan sus opresores y conozco sus calamidades.


Quien cierra su oído a los gritos del pobre no obtendrá respuesta cuando clame.


Volví a considerar todas las opresiones que se cometen bajo el sol. Ahí está el llanto de los oprimidos, ¡y no encuentran consuelo! La fuerza en manos de sus opresores, ¡y no encuentran consuelo!


Tu cabeza se levanta igual que el monte Carmelo, tu cabello es como púrpura que a un rey enreda en sus trenzas.


¡Ved convertida en ramera a la que era Villa Fiel! Rebosante de derecho, albergue de la justicia, ¡ahora rebosa de criminales!


de los pies a la cabeza nada sano queda en él: contusiones, cicatrices, heridas sin restañar, sin limpiar y sin vendar, sin suavizar con aceite.


Aquel día cantad a la viña selecta:


Viene el Señor dispuesto a juzgar a los ancianos y príncipes de su pueblo. Vosotros habéis depredado la viña, vuestra casa oculta el expolio del pobre.


¿Quiénes sois para aplastar a mi pueblo y triturar el rostro de los desvalidos? —Oráculo de Dios, Señor del universo.


el Señor cubrirá de tiña la nuca de las mujeres de Sion, el Señor descubrirá sus vergüenzas.


Por eso, así dice el Santo de Israel: Por haber despreciado esta palabra y confiado en la opresión y la perversión, y por refugiaros en ellas,


Escuchadme, pusilánimes los que os creéis lejos de la salvación:


La cavó y la descantó, y plantó cepas selectas. Levantó en medio una torre y excavó en ella un lagar. Esperó que diera uvas, pero solo crio agraces.


rebelarnos y renegar del Señor, dejar de seguir a nuestro Dios; hablar de opresiones y revueltas, urdir palabras engañosas.


Y queda marginado el derecho, la justicia permanece alejada, pues tropieza en las calles la lealtad, la honradez no sabe abrirse paso.


Nadie recurre a la justicia, nadie pleitea con lealtad; se basan en naderías y dicen falsedades, se preñan de injusticia y paren maldad.


Como un joven se casa con su novia, así te desposa quien te construyó; la alegría del novio por su novia es la alegría de tu Dios por ti.


Muchos pastores destrozaron mi viña, han pisoteado mi parcela; convirtieron mi hermosa parcela en una estepa desolada;


Una de las cestas contenía higos excelentes, como las brevas; la otra cesta contenía higos que no se podían comer de puro malos.


Los gritos de Babilonia capturada hacen que tiemble la tierra, por las naciones se oyen sus lamentos.


La gente del país se dedica a la explotación y al pillaje, oprimen al pobre y al menesteroso, y explotan a los forasteros privándolos del derecho.


Israel era una viña frondosa, que daba fruto abundante. Cuantos más eran sus frutos, más se multiplicaban sus altares. Cuanto más rica era su tierra, más embellecía sus estelas.


Los ricos están llenos de violencia, miente la población [de la ciudad], su boca solo pronuncia mentiras.


Se te ha hecho conocer lo que está bien, lo que el Señor exige de ti, ser mortal: tan solo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.


¿Por qué me haces ver tanta iniquidad y, sin más, contemplas la opresión? Ante mí veo violencia y destrucción; surge la querella y se alza la contienda.


El Señor, tu Dios, está contigo; él es poderoso y salva. Se regocija por ti con alegría, su amor te renovará, salta de júbilo por ti.


¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que ofrecéis a Dios el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero no os preocupáis de lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe! Esto último es lo que deberíais hacer, aunque sin dejar de cumplir también lo otro.


Pues bien, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Creéis que los hará esperar?


El Padre corta todos mis sarmientos improductivos y poda los sarmientos que dan fruto para que produzcan todavía más.


Y que no se te pase por la mente el perverso pensamiento de poner mala cara a tu hermano necesitado y no prestarle nada ya que se acerca el año séptimo, año de perdonar las deudas. Él podría clamar al Señor contra ti y te harías culpable de pecado.


Mirad, el salario defraudado a los jornaleros que cosecharon vuestros campos está clamando, y sus clamores han llegado a los oídos del Señor del universo.


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