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Isaías 5:6 - La Palabra (versión española)

6 Pienso acabar con ella: nadie la podará ni escardará, cardos y zarzas crecerán; voy a ordenar a las nubes que no la rieguen con lluvia.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 La convertiré en un lugar silvestre donde no se podan las vides ni se remueve la tierra, un lugar cubierto de cardos y espinos. Ordenaré a las nubes que no dejen caer la lluvia sobre ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 derribaré el muro, y será pisoteada. Ya no la cuidaré en adelante, no se podará ni se limpiará más, sino que crecerán en ella la zarza y el espino, y les mandaré a las nubes que no dejen caer más lluvia sobre ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 La dejaré arrasada, no será podada ni labrada, Le crecerán las zarzas y los espinos Y a las nubes impondré mandato para que no lluevan sobre ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Haré de ella un erial: no se podará ni escardará, crecerán cardos y abrojos; mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.

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Isaías 5:6
32 Referans Kwoze  

Elías, natural de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: —Te juro por el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no habrá lluvia ni rocío, hasta que yo lo ordene.


Cuando se cierren los cielos y no llueva por haberte ofendido, si dirigen su plegaria hacia este lugar, invocan tu nombre y se arrepienten tras tu castigo,


¡que en vez de trigo produzcan espinas; en vez de cebada, ortigas! Fin de las palabras de Job.


todo estaba lleno de espinos, los cardos cubrían la tierra y la cerca de piedras estaba derruida.


La ciudad es una escombrera, con sus puertas heridas de ruina.


Dará lluvia a la semilla que siembras en la tierra, y el grano que produzca la tierra será grueso y sustancioso. Aquel día tus rebaños pastarán en amplios prados.


Poco más de un año y las confiadas temblaréis, cuando veáis fracasar la vendimia y la cosecha quede frustrada.


Cuando se alejen de ti los que te devoraban, tus ruinas, tus escombros y tu tierra devastada resultarán estrechos para sus moradores.


En lugar de espinos crecerán cipreses, en lugar de ortigas brotarán los mirtos. Y servirá de renombre al Señor, de señal indestructible y eterna.


Vendrán todas y se posarán en las gargantas de los desfiladeros, en las grietas de las rocas, en los matojos espinosos y en todo abrevadero.


Palabra del Señor que recibió Jeremías con motivo de la sequía:


¿Hay entre los paganos dioses de la lluvia, o es el cielo el que descarga los chubascos? ¿No eres tú, Señor, Dios nuestro, en quien ponemos nuestra esperanza? ¡Sí, tú eres quien hace todo eso!


Y todo este país se convertirá en ruina y desolación, y los pueblos de alrededor servirán al rey de Babilonia durante setenta años.


Pues esto es lo que dice el Señor: Mira, lo que he construido, lo destruyo; y lo que he plantado, lo arranco; y así con toda la tierra.


Forzó, cual huerto, su tienda y arrasó el lugar de encuentro; borró el Señor en Sion festividades y sábados; y rechazó enfurecido a reyes y a sacerdotes.


Porque durante mucho tiempo los israelitas estarán sin rey ni príncipe, sin sacrificios ni estelas, sin efod ni terafim.


La devastación los ha hecho huir; se reunirán en Egipto, Menfis será su sepultura. Las ortigas heredarán sus tesoros y las zarzas invadirán sus tiendas.


Ha asolado mi viñedo, ha destrozado mis higueras, las ha descortezado del todo haciendo blanquear sus ramas; luego las ha derribado.


Soy yo quien os negué la lluvia faltando tres meses para la siega, yo el que hice caer la lluvia en una ciudad sí y en otra no; y mientras la lluvia empapaba un campo, otro, al carecer de agua, se secaba.


A unos los pasarán a cuchillo y a otros los llevarán cautivos a todas las naciones. Y Jerusalén será pisoteada por los paganos hasta que llegue el tiempo designado para estos.


Todas las naciones preguntarán: «¿Por qué el Señor ha tratado así a esta tierra? ¿Por qué se encendió tanto el ardor de su ira?».


Tienen poder para cerrar el cielo e impedir que llueva mientras proclaman su mensaje profético; pueden convertir el agua en sangre; pueden herir la tierra cuantas veces quieran con toda clase de calamidades.


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