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Isaías 49:3 - La Palabra (versión española)

3 Me dijo: Tú eres mi siervo, Israel, en ti va a resplandecer mi gloria.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Él me dijo: «Israel, tú eres mi siervo y me traerás gloria».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El me dijo: 'Tú eres mi servidor, Israel, y por ti me daré a conocer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y me dijo: Israel, tú eres mi siervo, En ti me glorificaré.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 y me dijo: 'Tú eres mi siervo, Israel, en quien manifestaré mi gloria'.

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Isaías 49:3
20 Referans Kwoze  

Y tú, Israel, siervo mío, tú, Jacob, mi elegido, estirpe de mi amigo Abrahán,


Este es mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me complazco. Lo he dotado de mi espíritu, para que lleve el derecho a las naciones.


este pueblo que formé para mí; él proclamará mi alabanza.


Alégrate, cielo, que ha actuado el Señor; aclamad jubilosas, simas de la tierra. Prorrumpan los montes en alegría, el bosque y los árboles que contiene. El Señor ha rescatado a Jacob, despliega su gloria en Israel.


¿Quién de entre vosotros respeta al Señor? ¿Quién hace caso a la voz de su siervo? El que ande entre tinieblas sin un rayo de luz, que confíe en el nombre del Señor, que se apoye en su Dios.


Veréis a mi siervo triunfar, exaltado, sumamente enaltecido.


el Señor quiso machacarlo con males. Por entregar su vida como ofrenda expiatoria, verá su descendencia, vivirá muchos años, por su mano triunfará el designio del Señor.


Moisés dijo a Aarón: —Esto es lo que había decretado el Señor, cuando dijo: «Mostraré mi santidad a los que se acercan a mí, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado». Aarón, por su parte, permaneció callado.


Escucha, además, sumo sacerdote Josué, tanto tú como los compañeros que se sientan ante ti y que constituyen un presagio profético: Mirad que voy a suscitar a mi siervo Germen.


Aún estaba hablando Pedro, cuando quedaron envueltos en una nube luminosa de donde procedía una voz que decía: —Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. Escuchadlo.


Padre, glorifica tu nombre. Entonces se oyó una voz venida del cielo: —Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo.


La gloria de mi Padre se manifiesta en que produzcáis fruto en abundancia y así lleguéis a ser discípulos míos.


Después de decir todo esto, Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: —Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti.


Yo he manifestado tu gloria aquí, en este mundo, llevando a cabo la obra que me encomendaste.


De este modo, la bondad tan generosamente derramada sobre nosotros por medio de su Hijo querido, se convierte en himno de alabanza a su gloria.


cuando venga en aquel día y se manifieste glorioso entre sus elegidos y admirable en medio de todos los que hayan creído; porque vosotros habéis acogido con fe nuestro testimonio.


Pero vosotros sois raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su posesión, destinado a proclamar las grandezas de quien os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.


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