Isaías 48:8 - La Palabra (versión española)

⁸ Ni lo oíste mencionar ni lo sabías, pues no estaba aún abierto tu oído bien sé yo lo pérfido que eres, rebelde te llaman desde el seno materno.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ »Sí, te diré cosas completamente nuevas; cosas que nunca antes habías oído. Pues conozco muy bien lo traidora que eres; fuiste rebelde desde tu nacimiento.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Tú nada de ellas habías escuchado o sabido, ni habían llegado con anticipación a tus oídos; porque yo sabía lo infiel que eres, que desde el seno de tu madre te llaman 'el rebelde'.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Nada oíste acerca de ellas, ni las conociste, Aún no estaba abierto tu oído, Porque Yo sabía que tú actuarías deslealmente; Tanto, que desde el seno materno se te llamó rebelde.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Ni lo habías oído ni sabido, ni tu oído estaba abierto, porque yo sabía que siempre traicionas y que eres rebelde desde el seno materno.

Isaías 48:8 Referans Kwoze

Salmos 40:6

No quieres sacrificios ni ofrendas; tú, que me has abierto el oído, no deseas ni víctimas ni holocaustos.

Salmos 51:5

Yo, en la culpa fui engendrado, en pecado me concibió mi madre.

Salmos 58:3

Los malvados desde que nacen están perdidos, los falsos desde su nacimiento se extravían.

Isaías 21:2

Una visión terrible me ha sido revelada: un traidor que traiciona, un devastador que devasta. ¡Atacad, elamitas; medos, al asedio! ¡Pondré fin a su orgullo!

Isaías 26:11

Señor, tu mano está alzada, pero no se fijan en ella. Que vean avergonzados tu celo por el pueblo, que un fuego devore a tus adversarios.

Isaías 33:1

¡Ay de ti, devastador no devastado, traidor que no ha sido traicionado! Cuando hayas devastado te devastarán, después de traicionar serás traicionado.

Isaías 42:25

así que derramó sobre Israel su cólera, la violencia de la guerra; lo incendiaba y no comprendía, lo quemaba y no hacía caso.

Isaías 46:8

Recordad esto y avergonzaos, tenedlo en cuenta, rebeldes;

Isaías 47:11

mas te llega una desgracia que no sabrás conjurar; te caerá encima un desastre que no podrás evitar; te vendrá de forma inesperada una catástrofe imprevista.

Isaías 48:4

Ya sé que eres obstinado, que tienes cerviz de hierro, que tu frente es como el bronce;

Isaías 48:7

ahora son creadas, no son viejas; hasta hoy no oíste nada de ellas. Así no dirás: «Ya lo sabía».

Isaías 50:5

El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no me he rebelado, ni le he vuelto la espalda.

Isaías 57:4

¿De quién os burláis abriendo la boca, sacando la lengua? ¿No sois acaso hijos ilegítimos, criaturas bastardas?

Jeremías 3:20

Pero igual que una esposa traiciona a su marido, así me traicionasteis, pueblo de Israel —oráculo del Señor—.

Jeremías 5:11

Pues tanto Israel como Judá me han traicionado sin pudor —oráculo del Señor.

Jeremías 5:21

Escuchad lo que voy a decir, pueblo necio e insensato. Tienen ojos y no ven, oídos pero no escuchan.

Jeremías 6:10

¿A quién me voy a dirigir, a quién conjuraré para que me escuchen? ¡Si tienen un oído incircunciso, incapaz de prestar atención! ¡Si consideran la palabra del Señor vergüenza, porque no les agrada!

Oseas 5:7

Han traicionado al Señor, han engendrado bastardos; cuando llegue la luna nueva, van a ser devorados junto con toda su herencia.

Oseas 6:7

Pero ellos, como Adán, han quebrantado la alianza y allí me han sido infieles.

Oseas 7:9

Extranjeros devoran su vigor, pero él ni siquiera se entera; las canas cubren su cabeza, pero tampoco se entera.

Malaquías 2:11

Judá ha cometido traición; en Israel y en Jerusalén se han hecho cosas aborrecibles, pues Judá ha profanado el santuario amado por el Señor al permitir matrimonios con mujeres que adoran a dioses extranjeros.

Efesios 2:3

Así vivíamos también todos nosotros en el pasado: sometidos a nuestras desordenadas apetencias humanas, obedientes a esos desordenados impulsos del instinto y de la imaginación, y destinados por nuestra condición a experimentar, como los demás, la ira de Dios.

Deuteronomio 31:16

y le dijo el Señor a Moisés: —Pronto irás a reunirte con tus antepasados, y este pueblo me será infiel y dará culto a los dioses de la tierra en la que vais a entrar. Me rechazará y romperá la alianza que hice con él.

Deuteronomio 31:18

Pero cuando llegue ese momento, seguiré sin acordarme de él, pues se portó mal al irse tras otros dioses.