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Isaías 48:1 - La Palabra (versión española)

1 Escuchad esto, casa de Jacob, los que lleváis el nombre de Israel, los que salís de las entrañas de Judá, los que juráis en nombre del Señor e invocáis al Dios de Israel, pero sin verdad ni sinceridad,

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Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Escúchame, oh familia de Jacob, tú que llevas el nombre de Israel y naciste en la familia de Judá. Escucha, tú que haces juramentos en el nombre del Señor e invocas al Dios de Israel. No cumples tus promesas,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen esto, familia de Jacob, ustedes que llevan el nombre de Israel y que son hijos de su padre Judá. Ustedes que juran por el nombre de Yavé e invocan al Dios de Israel, pero con mala fe y sin sinceridad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Oíd esto, oh casa de Jacob, Vosotros, que lleváis el nombre de Israel, Y brotáis de la fuente de Judá; Que juráis por el nombre de YHVH, e invocáis al Dios de Israel, Pero no con sinceridad ni rectitud,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad esto, los de la casa de Jacob, los que lleváis el nombre de Israel, los que salieron de la semilla de Judá, los que juran por el nombre de Yahveh y del Dios de Israel hacen mención, mas no con verdad y rectitud,

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Isaías 48:1
48 Referans Kwoze  

El desconocido le preguntó: —¿Cómo te llamas? Respondió: —Jacob.


diciendo: —Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás así. De ahora en adelante te llamarás Israel. Y lo llamó Israel.


Y todavía hoy siguen portándose según sus antiguas costumbres: no veneran al Señor ni proceden según sus decretos y normas, ni según la ley y los mandamientos que el Señor dio a los hijos de Jacob, a quien puso el nombre de Israel.


Guejazí, el criado del profeta Eliseo, pensó: «Mi amo ha dejado marchar al sirio ese, Naamán, sin aceptar lo que le ofrecía. Juro por el Señor que voy a correr tras él a ver si consigo algo».


Y el rey se alegrará en Dios, se gozará quien juró por él y enmudecerán los mentirosos.


Decid a Dios: «¡Son admirables tus obras!». Por tu gran poder tus enemigos se rinden.


En las asambleas alabad a Dios, al Señor desde el origen de Israel.


Allí va el joven Benjamín a la cabeza, los príncipes de Judá con sus arqueros, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.


Prestad atención a todo lo que os he dicho. No invoquéis el nombre de otros dioses; que nadie lo oiga de tus labios.


No viertas tus arroyos por la calle ni tus fuentes por las plazas.


Señor, Dios nuestro, nos dominaron otros señores, mas solo reconocemos tu nombre.


Uno dice: «Pertenezco al Señor»; otro se pondrá el nombre de Jacob; este escribirá en su brazo: «Del Señor»; aquel se pondrá de nombre Israel.


Lo juro por mí mismo, de mi boca sale la verdad, una palabra que no se desdice; ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua.


Escuchadme, pusilánimes los que os creéis lejos de la salvación:


Escuchadme, los que anheláis la salvación, los que andáis buscando al Señor. Mirad la piedra de donde os tallaron, la cantera de donde os sacaron.


Mirad a Abrahán, vuestro padre, a Sara, que os trajo al mundo; era uno solo cuando lo llamé, pero lo bendije y multipliqué.


Día a día consultan mi oráculo, desean conocer mis intenciones, como gente que practica la justicia, que no abandona el mandato de su Dios. Me piden que haga justicia, desean la cercanía de Dios:


Lo ha jurado el Señor solemnemente, levantando su brazo poderoso: no daré otra vez tu trigo para que lo coman tus enemigos; no beberán extranjeros tu mosto, que tantos trabajos te costó.


No hay quien invoque tu nombre, ni se desvele por aferrarse a ti. Nos has ocultado tu rostro y nos has abandonado a nuestras culpas.


El que quiera parabienes en el país, el Dios veraz los recibirá; el que quiera jurar en el país, lo hará por el Dios veraz. Se olvidarán los apuros de antaño, quedarán ocultos a mis ojos,


Si juras sinceramente «por vida del Señor», con derecho y con justicia, las naciones se bendecirán, se alabarán entre sí en el nombre del Señor.


Pero escuchad la palabra del Señor, judíos todos que habitáis en el país de Egipto: He jurado por mi ilustre nombre —dice el Señor— que mi nombre no volverá a ser invocado por ninguna persona de Judá, por esos que suelen jurar: «Por vida del Señor Dios» en el país de Egipto.


Cuando juran «por vida del Señor», ¿acaso no juran en falso


No juraréis en falso por mi nombre, pues sería profanar el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.


¿Está acaso maldita la descendencia de Jacob? ¿Se ha agotado la paciencia del Señor y va a ser esa su manera de actuar? ¿No son benévolas sus palabras para quien procede honradamente?


a los que adoran en los terrados al ejército de los cielos, a los que se postran ante el Señor jurando al mismo tiempo por él y por Milcón,


El ángel me dijo: —Es la maldición que abarca a toda esta tierra, pues por una cara lleva escrito: «ningún ladrón quedará impune»; y por la otra cara: «ningún perjuro quedará impune».


Así dice ahora el Señor del universo: Voy a entablar juicio contra vosotros y a testificar diligentemente contra los hechiceros, adúlteros o perjuros, contra los que defraudan al jornalero en su salario, contra los que oprimen a la viuda y al huérfano, o sojuzgan al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.


Sus ramas destilan humedad, el agua empapa sus raíces. Su rey será enaltecido más que Agag, su reino será engrandecido.


¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que cerráis a la gente la entrada en el reino de los cielos! Ni entráis vosotros ni dejáis entrar a los que quieren entrar. [


Al ver Jesús que Natanael venía a su encuentro, comentó: —Ahí tenéis a un verdadero israelita en quien no cabe falsedad.


Dios es espíritu, y quienes le rinden culto deben hacerlo en espíritu y en verdad.


¿Y qué decir de ti? Alardeas de judío, confías en la ley y estás orgulloso de Dios.


Y no es que Dios haya sido infiel a sus promesas. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son israelitas de verdad.


Es decir, que no es la simple generación natural la que hace hijos de Dios; los verdaderos descendientes son los que nacen en virtud de la promesa.


Respetarás al Señor tu Dios y a él solo adorarás; serás fiel a él y solo en su nombre jurarás.


¡Vive seguro, Israel! ¡Habita sin enemigos, estirpe de Jacob! Tu tierra está llena de trigo y de mosto, tus cielos destilan rocío.


El Señor os escuchó cuando me hablabais, y me dijo: He oído lo que te decía este pueblo, y me parece muy bien todo lo que han dicho.


Al Señor tu Dios respetarás, a él rendirás culto y por su nombre jurarás.


Se trata de embaucadores hipócritas que tienen la conciencia empedernida


—Conozco tus angustias y tu pobreza. Sin embargo, eres rico. Conozco también las calumnias de quienes presumen de judíos, y no son más que una sinagoga de Satanás.


Por ello, voy a poner en tus manos a los de la sinagoga de Satanás, a esos que se precian de judíos, pero mienten, porque no lo son. Voy a hacer que se postren a tus pies, para que sepan que he puesto en ti mi amor.


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