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Isaías 43:3 - La Palabra (versión española)

3 Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. Entregué a Egipto para rescatarte, a Etiopía y Sabá en tu lugar,

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Yo di a Egipto como rescate por tu libertad; en tu lugar di a Etiopía y a Seba.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pues yo soy Yavé, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Para rescatarte, entregaría a Egipto Etiopía y Saba, en lugar tuyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque Yo, YHVH tu Dios, El Santo de Israel, soy tu Salvador. A Egipto he dado por tu rescate, A Cus° y a Seba° a cambio de ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pues yo, Yahveh, soy tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Doy a Egipto por tu rescate, a Cus y a Sebá por ti.

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Isaías 43:3
29 Referans Kwoze  

Descendientes de Cus: Sebá, Javilá, Sabta, Ramá y Sabtecá. Descendientes de Ramá: Sebá y Dedán.


Que los reyes de Tarsis y las islas le traigan obsequios, que los reyes de Sabá y de Sebá le ofrezcan presentes.


Los cortesanos del faraón le dijeron: —¿Hasta cuándo va a ser este hombre nuestra ruina? Deja marchar a esa gente y que rindan culto al Señor, su Dios.


—Yo soy el Señor, tu Dios, el que te libró de la esclavitud de Egipto.


El justo se libra del apuro y el malvado ocupa su lugar.


El malvado pagará por el justo, el desleal por los honrados.


Serán señal y testimonio de la presencia del Señor del universo en tierra de Egipto: cuando clamen al Señor agobiados por sus opresores, les enviará un salvador que los defenderá y los libertará.


Dijo el Señor: —Lo mismo que mi siervo Isaías ha andado desnudo y descalzo durante tres años como signo y presagio contra Egipto y contra Cus,


Apartaos del camino, retiraos de la senda, quitad de nuestra vista al Santo de Israel.


No temas, gusanito de Jacob; no te angusties, cosita de Israel; te voy a auxiliar —oráculo del Señor—. Tu redentor es el Santo de Israel.


Yo soy el Señor, así me llamo, y no cedo a nadie esa gloria, ni ese honor a los ídolos.


Yo, yo soy el Señor; no hay salvador fuera de mí.


Así dice el Señor: La riqueza de Egipto, el comercio de Etiopía y los sabeos, gente de elevada estatura, pasarán a ti y serán tuyos; tras de ti marcharán encadenados, ante ti se postrarán y dirán suplicantes: «En ti está Dios, y no hay otro, no hay ningún otro Dios».


Sí, tú eres un Dios invisible, Dios y salvador de Israel.


Hablad, traed pruebas, deliberad todos juntos. ¿Quién anunció esto desde antaño, quién predijo esto desde siempre? ¿No fui yo, el Señor? No hay dios fuera de mí; soy un Dios justo y salvador y no hay otro aparte de mí.


Haré comer su propia carne a tus opresores, se embriagarán de su sangre como de licor, y todo ser vivo deberá reconocer que soy el Señor, tu salvador, tu redentor, el Fuerte de Jacob.


Mamarás la leche de los pueblos, mamarás de los pechos de reyes, y sabrás que yo, el Señor, te salvo; que tu redentor es el Fuerte de Jacob.


Dijo: Son ellos mi pueblo, hijos que no defraudarán. Y fue para ellos salvador


Esperanza de Israel, salvador en la desgracia, ¿por qué te estás portando como un forastero en el país, lo mismo que un transeúnte que solo se queda a pernoctar?


Por eso, voy a enseñarles, esta vez voy a mostrarles mi fuerza y mi poder, y reconocerán que mi nombre es «el Señor».


Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel y no permitiré que vuelva a ser profanado, y las naciones tendrán que reconocer que yo soy el Señor, el santo en Israel.


Pero yo que soy el Señor, tu Dios, desde el país de Egipto —tú no conoces a otro Dios ni tienes otro salvador fuera de mí—,


Yo, el Señor, soy vuestro Dios; vosotros, por tanto, debéis santificaros y ser santos, porque yo soy santo; así que no os contaminéis con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.


Vosotros, israelitas, sois para mí como si fuerais oriundos de Cus —oráculo del Señor— si yo saqué a Israel de Egipto, también saqué a los filisteos de Creta y a los arameos de la tierra de Quir.


Salta de alegría, Sion; grita jubilosa, Jerusalén, porque ya llega tu rey, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borrico, retoño de asna.


al Dios único que es nuestro Salvador, a él la gloria, la majestad, la soberanía y el poder, por medio de nuestro Señor Jesucristo, desde antes de todos los tiempos, ahora y por los siglos sin fin. Amén.


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