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Isaías 4:3 - La Palabra (versión española)

3 Los que queden en Sion, el resto de Jerusalén, serán llamados santos: destinados a la vida en Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Los que queden en Sion serán un pueblo santo, los que sobrevivan la destrucción de Jerusalén y estén registrados entre los vivientes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 A los que queden de Sión y al resto de Jerusalén se los llamará santos, pues sus nombres fueron escritos para que tengan vida en Jerusalén. El Señor viene para

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y sucederá que quien quede en Sión, Los que sean dejados en Jerusalem, serán llamados santos; Los inscritos en Jerusalem entre los vivos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Entonces al que quede en Sión, al que sobreviva en Jerusalén, santo se le llamará; quedará inscrito para vivir por siempre en Jerusalén.

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Isaías 4:3
33 Referans Kwoze  

que sean borrados del libro de los vivos, que no sean inscritos con los justos.


El Señor anota en el libro de los pueblos: «Este nació allí».


Rescataré a Sion haciendo justicia, a sus repatriados, fiel a mi decisión.


Aquel día el Señor del universo será para el resto de su pueblo corona, pompa y hermoso atavío:


Allí habrá una calzada consagrada, que llevará por nombre Vía Sacra; no será hollada por los impuros, ni los necios caminarán por ella.


Escuchadme, casa de Jacob, resto de la casa de Israel, que os llevé desde el seno materno, que os transporté desde el vientre:


¡Despierta, Sion, despierta y revístete de poder! Ponte tu traje de gala, Jerusalén, ciudad santa; que ya no entrarán en ti incircuncisos e impuros.


Si queda una décima parte, será de nuevo arrasada; como una encina o un roble, que al talarlos queda un tocón. Semilla santa será su tocón.


Todos los de tu pueblo serán justos, poseerán la tierra a perpetuidad: ellos son el brote que planté, la obra que realicé para mi gloria.


Los llamarán «Pueblo del Santo», les dirán «Rescatados del Señor», y a ti te llamarán «Anhelada», te dirán «Ciudad no abandonada».


Descargaré mi mano contra los profetas que tienen visiones falsas y vaticinan mentiras; no tomarán parte en el consejo de mi pueblo, no serán inscritos en el registro de la comunidad de Israel ni entrarán en la tierra de Israel, y así reconocerán que yo soy el Señor Dios.


Esta es la ley relativa al Templo situado en la cumbre de la montaña: todo el territorio que lo rodea es especialmente santo.


Pero en el monte de Sion, nuevamente lugar santo, quedará a salvo un resto y la descendencia de Jacob recobrará sus posesiones.


Yo reuniré a todas las naciones para que ataquen a Jerusalén: la ciudad será conquistada, las casas saqueadas, las mujeres violadas y la mitad de la población será deportada; pero el resto del pueblo no será arrancado de la ciudad.


Esto es lo que comentaban entre sí los que honraban al Señor. Entonces el Señor prestó atención, escuchó e hizo que se escribiera en su presencia un memorial en el que se consignara a todos los que respetan y honran su nombre.


Pero aun así, no os alegréis tanto de que los espíritus malignos os obedezcan como de que vuestros nombres estén escritos en el cielo.


Cuando los no judíos oyeron esto, se alegraron sobremanera y no cesaban de alabar el mensaje del Señor. Y todos los que estaban destinados a la vida eterna abrazaron la fe.


Y ¿cuál fue la respuesta divina? Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla ante el dios Baal.


Pues lo mismo sucede en nuestros días. Dios ha escogido un resto por pura gracia.


Él nos ha elegido en la persona de Cristo antes de crear el mundo, para que nos mantengamos sin mancha ante sus ojos, como corresponde a consagrados a él. Amorosamente


Ayúdalas tú también, fiel compañero, ya que lucharon conmigo por la causa del evangelio, junto con Clemente y el resto de mis colaboradores, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.


Sois elegidos de Dios; él os ha consagrado y os ha otorgado su amor. Sed, pues, profundamente compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos.


Procurad estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor.


Pero vosotros sois raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su posesión, destinado a proclamar las grandezas de quien os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.


Y todos los habitantes de la tierra, salvo los inscritos en el libro de la vida que tiene el Cordero degollado desde el principio del mundo, rendirán vasallaje a la bestia.


La bestia que has visto, era, pero ya no es; va a surgir del abismo, pero marcha hacia la ruina. Los habitantes de la tierra que no están inscritos en el libro de la vida desde la creación del mundo, se quedarán estupefactos al ver reaparecer a la bestia que era, pero ya no es, aunque se va a hacer presente.


Y también fueron arrojados al lago de fuego aquellos cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida.


Y nada manchado entrará en ella: ningún depravado, ningún embaucador; tan solo los inscritos en el libro de la vida del Cordero.


El vencedor, pues, vestirá de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que responderé por él ante mi Padre y ante sus ángeles.


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