Isaías 3:5 - La Palabra (versión española)

⁵ Se acosará la gente entre sí, todos atacarán a su prójimo: el joven al anciano, el plebeyo al noble.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁵ Y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁵ Se oprimirán unos a otros: hombre contra hombre y vecino contra vecino. Los jóvenes insultarán a sus mayores, y la gente vulgar mirará con desdén a la gente honorable.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁵ pues cada cual querrá obligar al otro o a su mismo hermano, diciéndole: 'Tú tienes una manta, ¿por qué no aceptas ser nuestro jefe y nos sacas así de esta ruina?'

La Biblia Textual 3a Edicion

⁵ Brotará entre el pueblo la violencia de unos contra otros, Cada cual contra su compañero. El joven atacará al anciano, y el plebeyo al noble.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁵ El pueblo se vejará, hombre a hombre, vecino a vecino, el joven afrentará al anciano, el villano al noble.

Isaías 3:5 Referans Kwoze

2 Reyes 2:23

Eliseo marchó de allí a Betel y cuando iba subiendo por el camino, salieron de la ciudad unos chiquillos, que empezaron a burlarse de él, gritando: —¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!

Isaías 1:4

¡Ay del país pecador, del pueblo abrumado por la culpa: raza de canallas, prole degenerada! Han abandonado al Señor, despreciaron al Santo de Israel, le han dado la espalda.

Isaías 11:13

Acabarán los celos de Efraín, cesará la enemistad de Judá; Efraín no tendrá celos de Judá, Judá no oprimirá a Efraín.

Isaías 19:2

Voy a incitar a egipcios contra egipcios, lucharán entre sí hermanos y amigos, ciudad contra ciudad, reino contra reino.

Isaías 9:18

La ira del Señor del universo abrasa al país, el pueblo se convierte en pasto de las llamas. Nadie se compadece de su prójimo,

Jeremías 22:17

Pero tú no tienes ojos ni corazón si no es para tu propio provecho, para derramar sangre de inocentes, para oprimir y atropellar.

Ezequiel 22:12

En ti se aceptan sobornos, que acaban en asesinatos; practicas la usura y el interés; te aprovechas de tu prójimo practicando la violencia. Y así te has olvidado de mí —oráculo del Señor Dios.

Levítico 19:32

Te pondrás de pie en presencia de un anciano y lo tratarás con respeto; de esta manera honrarás a tu Dios. Yo soy el Señor.

Amós 4:1

Escuchad esto, vacas de Basán que [moráis] en la montaña de Samaría, vosotras que oprimís a los pobres, maltratáis a los necesitados y decís a vuestros maridos: «Traednos algo de beber».

Miqueas 3:11

Sus jueces juzgan por soborno, sus sacerdotes predican a sueldo y sus profetas vaticinan por dinero. Pero aún se apoyan en el Señor y dicen: «¿Acaso no está el Señor con nosotros? ¡No nos alcanzará la desgracia!».

Miqueas 7:2

No hay en el país ninguno que sea fiel, no queda ningún justo entre la gente; todos acechan para derramar sangre, se tienden trampas unos a otros.

Zacarías 11:6

Pues bien, tampoco yo tendré compasión de los que habitan esta tierra —oráculo del Señor—; voy a entregar a todos y cada uno a merced de sus vecinos y de sus reyes que devastarán el país sin que yo los libre de sus manos.

Malaquías 3:5

Así dice ahora el Señor del universo: Voy a entablar juicio contra vosotros y a testificar diligentemente contra los hechiceros, adúlteros o perjuros, contra los que defraudan al jornalero en su salario, contra los que oprimen a la viuda y al huérfano, o sojuzgan al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.

Mateo 26:67

Y se pusieron a escupirle en la cara y a darle puñetazos mientras otros lo abofeteaban

Marcos 14:65

Algunos se pusieron a escupirlo y, tapándole la cara, lo golpeaban y le decían: —¡A ver si adivinas! Y también los criados le daban bofetadas.

Lucas 22:64

Tapándole los ojos, le decían: —¡Adivina quién te ha pegado!

Santiago 2:6

¡Pero vosotros despreciáis al pobre! Y, sin embargo, son los ricos los que os tiranizan y os arrastran ante los tribunales.

Santiago 5:4

Mirad, el salario defraudado a los jornaleros que cosecharon vuestros campos está clamando, y sus clamores han llegado a los oídos del Señor del universo.