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Isaías 3:11 - La Palabra (versión española)

11 ¡Ay del malvado, le irá mal, recibirá la paga de sus obras!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 En cambio, los malvados están condenados, porque recibirán exactamente lo que se merecen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 ¡Oh, pueblo mío!, los que debían guiar tus pasos te hacen desviarte y echan a perder el camino que sigues.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¡Ay del impío! Todo le irá mal, Porque la obra de sus manos será su recompensa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 ¡Ay del impío! Le irá mal, pues se le pagará por lo hecho con sus manos.

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Isaías 3:11
36 Referans Kwoze  

¡Lejos de ti hacer una cosa así: hacer que mueran inocentes junto con culpables y que tenga el mismo castigo el justo que el malvado! ¡Lejos de ti! ¿El que juzga toda la tierra, no va a hacer justicia?


Yo hoy me siento débil, aunque sea el rey ungido, y esa gente, los hijos de Seruyá, son más fuertes que yo. ¡Que el Señor les dé su merecido por su maldad!


él descargará sobre ti la desgracia, aniquilará tu descendencia y exterminará en Israel a todo varón de la familia de Ajab, esclavo o libre.


escucha tú desde el cielo y haz justicia a tus siervos; castiga al culpable dándole su merecido, y absuelve al inocente reconociendo su inocencia.


si era culpable, ¡pobre de mí!; si inocente, no alzaría la frente, saciado de afrentas, harto de aflicción;


Trátalos según sus acciones y la maldad de sus actos; trátalos de acuerdo a sus obras, ¡dales tú su merecido!


y tuyo el amor, mi Señor; que tú pagas a cada uno como merecen sus obras.


se comerán los frutos de su conducta y quedarán hartos de sus planes.


Si el justo recibe su paga en la tierra, ¡cuánto más el malvado y el pecador!


Cada uno se alimenta de sus palabras y recoge el producto de sus manos.


En la fosa que cavas caerás, la piedra que ruedas te aplastará.


En cambio, no le irá bien al malvado: no se alargará su vida que pasará como una sombra, porque no respeta a Dios.


Castigaré la malicia del mundo, los crímenes de todos los malvados; acabaré con el orgullo y la arrogancia, aplastaré la altanería del tirano.


No hay paz para el malvado, —dice el Señor.


Ya no habrá niños en ella que mueran a los pocos días; ni adultos que no alcancen una cumplida madurez. Será joven quien muera a los cien años, y maldito quien no los alcance.


Lo tengo todo escrito, a la vista, y no pararé hasta haceros pagar


vuestras culpas y las de vuestros padres —dice el Señor—. Quemaban incienso en los cabezos, en las colinas me ofendían. Por eso tengo calculada su paga y tendrán que cargar con ella.


Pues pienso pediros cuentas, conforme al fruto de vuestras acciones —oráculo del Señor—: pegaré fuego a su bosque y arderá todo alrededor.


sino: «cada cual morirá por su propia culpa: todas las personas que coman agraces, padecerán dentera».


Pues esto dice el Señor Dios: Debería hacer contigo lo mismo que tú hiciste, cuando despreciaste el juramento y rompiste la alianza.


La persona que peque, morirá; el hijo no cargará con la culpa del padre ni este cargará con la culpa del hijo. La persona honrada será tratada como honrada, y la persona malvada será responsable de su maldad.


Me lo abrió y vi que estaba escrito por las dos caras; contenía elegías, lamentos y ayes.


Yo, el Señor, he hablado de lo que va a suceder y lo haré. No me contendré, no tendré misericordia ni me compadeceré. Te juzgarán conforme a tu conducta y tus acciones —oráculo del Señor Dios.


Si digo al malvado: «Eres reo de muerte», pero tú no lo alertas para que abandone su conducta, el malvado morirá por su propia culpa, mas yo te pediré cuentas de su muerte.


cuando griten al Señor, no tendrán respuesta alguna. El Señor les ocultará su rostro a causa de sus malas acciones.


El país se convertirá en desierto por la conducta de sus habitantes.


Pero si no lo hacéis así, pecaréis contra el Señor y cargaréis con las consecuencias de vuestro pecado.


Porque todos nosotros tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba el premio o el castigo que le corresponda por lo que hizo durante su vida mortal.


Y tened en cuenta que será juzgado sin compasión quien no practicó la compasión. La compasión, en cambio, saldrá triunfante del juicio.


Y también hizo Dios recaer sobre la cabeza de la gente de Siquén toda su maldad. De este modo cayó sobre ellos la maldición de Jotán, hijo de Jerubaal.


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