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Isaías 26:1 - La Palabra (versión española)

1 Aquel día entonarán este canto en tierra de Judá: «Nuestra ciudad es una fortaleza, murallas y baluartes la protegen.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En aquel día, todos en la tierra de Judá cantarán esta canción: ¡Nuestra ciudad es fuerte! Estamos rodeados por las murallas de la salvación de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En ese día cantarán de esta manera en el país de Judá: Tenemos ahora una ciudad amurallada; El ha construido para defendernos no una, sino dos murallas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Aquel día se cantará este cántico en la tierra° de Judá: ¡Ciudad fuerte tenemos!° ¡Salvación le ha puesto° por muro y antemuro!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: 'Ciudad fuerte la nuestra; para salvarla le han puesto murallas y antemuros.

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Isaías 26:1
34 Referans Kwoze  

Cantaban así, alabando y dando gracias al Señor: «Porque el Señor es bueno, porque su bondad perdura por siempre sobre Israel». Y todo el pueblo aclamaba al Señor y lo alababa lleno de júbilo porque se habían echado los cimientos del Templo del Señor.


¡Bendito sea el Señor que me demostró su amor en momentos de angustia!


Recorred Sion, dadle la vuelta, contad vosotros sus torres;


Se habían aliado los reyes y avanzaban todos juntos,


Aquel día dirás: Te doy gracias, Señor. Estabas airado, pero desviaste tu ira y me consolaste.


¡Clama, puerta; ciudad, grita; tiembla, Filistea toda! Una polvareda se acerca desde el norte, sin nadie que escape a su ímpetu.


Será humillada la mirada altiva, abatida la arrogancia humana; solo el Señor será ensalzado cuando llegue aquel día:


Aquel día la gente se deshará de sus ídolos de plata y de oro (que se hizo para darles culto), de los topos y de los murciélagos;


Aquel día dirás: Aquí está nuestro Dios, esperábamos que él nos salvara. Él es el Señor, nuestra esperanza, celebremos alegres su victoria.


Como los pájaros extienden sus alas, así protegerá a Jerusalén el Señor del universo: protegerá y salvará, rescatará y liberará.


Su roca desaparecerá presa del terror, sus oficiales, temblando, dejarán el estandarte. Oráculo del Señor, que tiene una hoguera en Sion, que dispone de un horno en Jerusalén.


Excelso es el Señor, que habita en lo alto, colma a Sion de justicia y derecho;


tus días transcurrirán en la estabilidad, sabiduría y conocimiento te darán seguridad, honrar al Señor será tu tesoro.


Aquel día el retoño del Señor se convertirá en honra y gloria; el fruto de la tierra será orgullo y honor para los supervivientes de Israel.


Voy a cantar por mi amigo la canción de amor por su viña: Mi amigo tenía una viña en una fértil colina.


les concedo en mi Templo y mi ciudad un apellido memorable, mejor que hijos e hijas; les daré un renombre perpetuo, que nadie podrá destruir.


Ya no habrá violencia en tu tierra, ni exterminio ni destrucción dentro de tus fronteras; llamarás a tu muralla «Victoria» y dirás a tus puertas «Alabanza».


Pasad, pasad por las puertas, señalad al pueblo el camino; allanad, allanad la calzada, dejadla bien despedregada; izad una enseña a los pueblos.


El Señor proclama un mensaje hasta el confín de la tierra: Decid a la ciudad de Sion: «ya está aquí tu Salvador; con él llega su recompensa, viene precedido de su premio».


voces alegres de fiesta, las canciones del novio y de la novia, las voces de los que entran en el Templo del Señor con acciones de gracias proclamando: «Dad gracias al Señor del universo, porque el Señor es bueno, porque es eterno su amor». Pues pienso cambiar la suerte del país dejándolo como al principio, dice el Señor.


Vi un muro que señalaba el perímetro exterior del Templo. La vara de medir que tenía el hombre en la mano tenía una longitud de tres metros; con ella midió la construcción: tres metros de ancho y otros tres de alto.


Alcé la vista y, al mirar, vi a un hombre que tenía en la mano una cinta para medir.


Y yo seré para ella —oráculo del Señor— una muralla de fuego alrededor y un motivo de gloria en medio de ella».


Fue entonces cuando Israel entonó esta canción: ¡Brota, pozo! ¡Cantad en su honor!


Por eso te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a edificar mi Iglesia, y el poder del abismo no la vencerá.


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