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Isaías 20:2 - La Palabra (versión española)

2 Por aquel entonces mandó un mensaje el Señor a Isaías, hijo de Amós, en estos términos: —Ve, descíñete el saco de la cintura y quítate las sandalias de los pies. Así lo hizo [Isaías] y anduvo desnudo y descalzo.

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Biblia Reina Valera 1960

2 en aquel tiempo habló Jehová por medio de Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve y quita el cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 el Señor le dijo a Isaías, hijo de Amoz: «Quítate la ropa de tela áspera que has estado usando y también las sandalias». Isaías hizo lo que se le indicó, y anduvo desnudo y descalzo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Entonces Yavé habló por medio de Isaías, hijo de Amós. Le había dicho: 'Te colgarás este saco de la cintura y te sacarás las sandalias de tus pies. Isaías lo hizo así y andaba sin ropa y descalzo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 En aquel tiempo YHVH habló por medio de Isaías ben Amoz, diciendo: Ve, despójate del cilicio de sobre tus lomos y quita el calzado de tus pies. Y lo hizo así, y andaba desnudo y descalzo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 -en aquel tiempo había hablado Yahveh por medio de Isaías, hijo de Amós, en estos términos: 'Anda, desata el sayal de tu cintura y descalza las sandalias de tus pies'. Así lo hizo: caminó desnudo y descalzo-,

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Isaías 20:2
27 Referans Kwoze  

Cuando David subía la cuesta de los olivos, iba llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. La gente que lo acompañaba llevaba también la cabeza cubierta y subía llorando.


Cuando David volvió a casa para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, salió a recibirlo y le dijo: —¡Cómo se ha cubierto de gloria hoy el rey de Israel, desnudándose a la vista de las esclavas de sus servidores, como lo haría cualquier don nadie!


Le respondieron: —Era un hombre vestido de pieles, con un cinturón de cuero a la cintura. El rey exclamó: —¡Es Elías, el de Tisbé!


Convertiste mi llanto en danza, me despojaste del luto, me vestiste de fiesta


Dios le dijo: —No te acerques; quítate las sandalias, porque estás pisando un lugar sagrado.


Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós, sobre Judá y Jerusalén, en tiempos de Ozías, Jotán, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá.


Oráculo contra Babilonia revelado a Isaías, hijo de Amós:


Al mismo tiempo envió al mayordomo de palacio, Eliaquín, al secretario Sobná y a los sacerdotes más ancianos, vestidos de sayal, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós,


Todas las cabezas están afeitadas y todas las barbas rapadas; los brazos están llenos de incisiones y los lomos vestidos de sayal.


Suspira en silencio, no hagas duelo de difuntos; ponte el turbante, cálzate las sandalias, no te cubras la barba ni comas el pan de duelo.


os pondréis el turbante y os calzaréis las sandalias; no haréis duelo ni lloraréis. Os consumiréis pensando en vuestras culpas y gemiréis los unos por los otros.


Hijo de hombre, toma un adobe, ponlo delante de ti y graba en él una ciudad [Jerusalén].


Yo te señalo en cómputo de días los años de su culpa: trescientos noventa días; durante ese tiempo cargarás con la culpa de Israel.


Desnudos y avergonzados caminan los habitantes de Safir; los de Saanán no pueden salir; resuenan lamentos en Bet Ezel y nadie puede ayudaros.


Por eso me lamentaré y haré duelo, caminaré descalzo y desnudo, aullaré como hacen los chacales y gemiré como las avestruces.


Aquel día se sonrojarán los profetas de sus propias visiones y no se vestirán el manto de pelo dispuestos a engañar,


Luego, dirigiéndose a sus discípulos, Jesús añadió: —Si alguno quiere ser discípulo mío, deberá olvidarse de sí mismo, cargar con su cruz y seguirme.


Juan iba vestido de pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.


El discípulo a quien Jesús tanto quería dijo entonces a Pedro: —¡Es el Señor! Al oír Simón Pedro que era el Señor, se puso la túnica (pues estaba solo con la ropa de pescar) y se lanzó al agua.


De pronto, el poseso se abalanzó sobre ellos y, dominándolos a todos, los maltrató con tal violencia que tuvieron que huir de aquella casa desnudos y maltrechos.


Vino a vernos, tomó el cinturón de Pablo, se ató con él los pies y las manos y dijo: —Esto dice el Espíritu Santo: «Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinturón. Después lo entregarán en manos de extranjeros».


El jefe del ejército del Señor respondió a Josué: —Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es sagrado. Y Josué lo hizo así.


Será entonces cuando yo envíe a mis dos testigos, para que, austeramente vestidos, proclamen el mensaje profético de Dios durante mil doscientos sesenta días.


Allí también él se desnudó y estuvo profetizando ante Samuel. Luego cayó desnudo y así estuvo todo el día y toda la noche. Y de ahí viene el dicho: «Hasta Saúl se ha metido a profeta».


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