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Isaías 14:1 - La Palabra (versión española)

1 El Señor se apiadará de Jacob, volverá a elegir a Israel; lo hará reposar en su tierra. A ellos se unirán forasteros, agregados a la casa de Jacob.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Pero el Señor tendrá misericordia de los descendientes de Jacob y una vez más elegirá a Israel como su pueblo especial. Lo hará regresar para que se establezca otra vez en su propia tierra. Y gente de varias naciones vendrá para encontrarse con ellos y unirse al pueblo de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Sí, Yavé se compadecerá de Jacob, dará su preferencia a Israel y volverá a instalarlo en su patria. El extranjero seguirá también sus pasos y se juntará a los de la familia de Jacob.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Sí, YHVH tendrá misericordia de Jacob, Él volverá a escoger a Israel. Y los hará reposar en su propia tierra; Los extranjeros se juntarán a ellos, Y se unirán a la casa de Jacob.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Yahveh se compadecerá de Jacob, elegirá de nuevo a Israel y los asentará en su país. El forastero se les unirá y se asociará a la casa de Jacob.

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Isaías 14:1
65 Referans Kwoze  

En cada provincia y en cada ciudad, a medida que iba llegando el decreto real, los judíos se llenaban de alegría y felicidad, y celebraban fiestas y banquetes. Muchos habitantes del país se hicieron judíos por miedo a ellos.


Tú te alzarás, te apiadarás de Sion, que es hora ya de apiadarse de ella, que el plazo ya se ha cumplido.


Tus siervos aman sus piedras, sienten piedad de sus ruinas.


Por tu amor, destruye a mis enemigos, haz perecer a cuantos me hostigan porque yo soy tu siervo.


Ha recordado su amor y su verdad hacia la casa de Israel, han visto los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.


Aquel día habrá cinco ciudades en el país de Egipto que hablarán la lengua de Canaán y jurarán por el Señor del universo. Una se llamará Ciudad del Sol.


Oráculo desde la estepa marítima: Igual que torbellinos que barren el Négueb, vienen de la estepa, de un país temible.


Vienen días en que echará raíces Jacob, en que Israel rebrotará y florecerá, sus frutos llenarán el mundo.


Y tú, Israel, siervo mío, tú, Jacob, mi elegido, estirpe de mi amigo Abrahán,


a quien tomé del confín de la tierra, a quien llamé de lejanas regiones; a quien dije: Tú eres mi siervo; te he elegido, no te he rechazado.


Y ahora escucha, Jacob, siervo mío, Israel, a quien he elegido.


Así dice el Señor: La riqueza de Egipto, el comercio de Etiopía y los sabeos, gente de elevada estatura, pasarán a ti y serán tuyos; tras de ti marcharán encadenados, ante ti se postrarán y dirán suplicantes: «En ti está Dios, y no hay otro, no hay ningún otro Dios».


Siéntate humillada en el polvo, capital de Babilonia; siéntate en tierra, destronada, capital de los caldeos, que no volverán a llamarte «la fina y delicada».


No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor del sol; pues los guía el compasivo, los conduce junto a manantiales.


Festéjalo, cielo; alégrate, tierra. Estallad, montes, en aclamaciones, que el Señor consuela a su pueblo, tiene compasión de sus desgraciados.


¿Se olvida una madre de su criatura, deja de amar al hijo de sus entrañas? Pues aunque una madre se olvidara, yo jamás me olvidaré.


Pues así dice el Señor: Pueden quitarle el prisionero al guerrero o la presa puede huir del poderoso, pero seré yo quien defienda tu causa, yo seré quien salve a tus hijos.


Así dice el Señor, redentor y Santo de Israel, al que ha sido despreciado y aborrecido de las naciones, al esclavo de los opresores: Los reyes lo verán y se pondrán de pie, los príncipes se postrarán humillados, a causa del Señor, que es fiel, del Santo de Israel, que te ha elegido.


pues vas a extenderte a derecha e izquierda: tus hijos heredarán naciones, repoblarán ciudades desiertas.


que el malvado abandone sus proyectos y la persona inicua sus planes; que se convierta al Señor misericordioso, a nuestro Dios, rico en perdón.


Que no diga el extranjero que se ha entregado al Señor: «El Señor me excluye de su pueblo»; y que no diga el eunuco: «Aquí estoy, como árbol seco».


Extranjeros levantarán tus muros, sus reyes estarán a tu servicio; cierto que te herí en mi cólera, pero ahora te quiero complacido.


Vendrán a ti, humillados, los hijos de quienes te oprimían; te honrarán postrados a tus plantas todos los que te despreciaban; te llamarán Ciudad del Señor, la Sion del Santo de Israel.


Y traerán de todas las naciones, como ofrenda al Señor, a todos vuestros hermanos, montados en caballos, en carros y en literas, sobre mulos o dromedarios; los traerán a Jerusalén, mi monte santo —dice el Señor—, del mismo modo que traen los israelitas su ofrenda en una vasija pura al Templo del Señor.


sino: «Por vida del Señor, que hizo subir a los israelitas de un país del norte y de todos los países por donde los dispersó». Y los haré volver a su tierra, la que di a sus antepasados.


Me dejaré encontrar por vosotros —oráculo del Señor—, acabaré con vuestro destierro y os reuniré de todas las naciones y lugares por donde os dispersé, y os haré regresar al lugar de donde os hice deportar —oráculo del Señor—.


Aquel día —oráculo del Señor del universo— romperé el yugo que llevas al cuello y desataré tus correas; no volverán a servir a extranjeros.


te reconstruiré y quedarás reconstruida, doncella capital de Israel; volverás a adornarte con panderos, a danzar en plan de fiesta.


Así dice el Señor del universo: Están oprimidos los israelitas junto con la gente de Judá; los han deportado y los retienen, se niegan a dejarlos marchar;


Hemos oído avergonzados la ignominia, nuestro rostro se cubrió de vergüenza: dicen que extranjeros han pisado la parte más santa del Templo del Señor.


Pero yo me acordaré de la alianza que sellé contigo cuando eras joven y estableceré contigo una alianza eterna.


Lo asignaréis por suertes como heredad tanto para vosotros como para los extranjeros que residen entre vosotros y que han tenido familia en el país. Los trataréis como israelitas nativos y participarán en la distribución de las heredades junto con las tribus de Israel.


Y proclama también: «Esto dice el Señor del universo: Mis ciudades rebosarán bienestar, el Señor colmará de nuevo a Sion de consuelo y Jerusalén podrá aún ser elegida».


Porque, desde el levante hasta el poniente, se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones, y en todo lugar se me ofrece incienso y una ofrenda pura. Ciertamente se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones —dice el Señor del universo—,


Se desveló por el pueblo de Israel, su siervo, acordándose de mostrar misericordia,


luz que se manifiesta a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel.


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