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Isaías 12:1 - La Palabra (versión española)

1 Aquel día dirás: Te doy gracias, Señor. Estabas airado, pero desviaste tu ira y me consolaste.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En aquel día, tú cantarás: «¡Te alabaré, oh Señor! Estabas enojado conmigo, pero ya no. Ahora me consuelas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Y dirás aquel día: 'Te doy gracias, Yavé, porque estabas enojado conmigo, pero se te pasó el enojo y me levantaste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Aquel día dirás: Cantaré° a ti, oh YHVH, Porque estabas airado contra mí, Pero tu indignación ha cesado Y me has consolado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Aquel día dirás: 'Te alabo, Yahveh, pues aunque te habías enojado contra mí, se calmó ya tu ira y me has consolado.

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Isaías 12:1
55 Referans Kwoze  

Les dijo además: —Id a comer manjares escogidos, bebed vinos generosos e invitad al que no disponga de nada para sí. Hoy es un día consagrado a nuestro Señor; no os entristezcáis porque la alegría del Señor es vuestra fuerza.


podrás olvidar tu infortunio, recordándolo como agua que pasó.


con eso me sentiría salvado, pues el malvado no comparece ante él.


pues es pasajera su ira y eterna su bondad: quien de noche se retira llorando, por la mañana es un clamor de alegría.


tú acrecentarás mi dignidad, tú volverás a confortarme.


Dios, salvador nuestro, renuévanos, ¡aparta tu cólera de nosotros!


Haz un signo de bondad conmigo; que mis enemigos se avergüencen al verlo, pues tú, Señor, me ayudas y me consuelas.


Te doy gracias, Señor, con todo mi corazón, yo proclamaré todas tus maravillas.


Pues dentro de muy poco mi ira los consumirá, mi cólera los destruirá.


Iréis abatidos como prisioneros, caeréis como los heridos de muerte. Con todo, su cólera persiste, su mano sigue amenazante.


Existirá una calzada para el resto de mi pueblo, para el resto que quedó de Asiria, lo mismo que la hubo para Israel el día que salió de Egipto.


El día en que el Señor te haga descansar de tus congojas, de tus desasosiegos y de la dura esclavitud a la que te viste sometida,


Será humillada la mirada altiva, abatida la arrogancia humana; solo el Señor será ensalzado cuando llegue aquel día:


Señor, tú eres mi Dios, te ensalzo y te doy gracias, pues hiciste cosas admirables, planes fieles y firmes.


Aquel día dirás: Aquí está nuestro Dios, esperábamos que él nos salvara. Él es el Señor, nuestra esperanza, celebremos alegres su victoria.


Aquel día entonarán este canto en tierra de Judá: «Nuestra ciudad es una fortaleza, murallas y baluartes la protegen.


Volverán los rescatados del Señor y entrarán con cánticos en Sion: encabezados por eterna alegría, seguidos de fiesta y de gozo; penas y suspiros huirán.


Festéjalo, cielo; alégrate, tierra. Estallad, montes, en aclamaciones, que el Señor consuela a su pueblo, tiene compasión de sus desgraciados.


El Señor consuela a Sion, consuela a todas sus ruinas; transformará su desierto en Edén, su desolación en jardín del Señor; en ella habrá gozo y alegría, acciones de gracias y cantos.


Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te acogeré;


en un arrebato de cólera te oculté por un momento mi rostro, pero te quiero con amor eterno dice tu redentor, el Señor.


Me ocurre como en tiempos de Noé, cuando juré que las aguas del diluvio no inundarían otra vez la tierra: juro ahora no encolerizarme ni volver de nuevo a amenazarte.


Extranjeros levantarán tus muros, sus reyes estarán a tu servicio; cierto que te herí en mi cólera, pero ahora te quiero complacido.


Reboso de dicha en el Señor, me alegro animoso en mi Dios, que me ha puesto un vestido de fiesta, me ha envuelto en un manto de victoria, como un novio que se pone la corona, como novia que se viste sus atuendos.


Todos somos como gente impura, valemos lo que ropa contaminada; todos nos marchitamos como hojarasca, nuestra culpa nos arrastra como el viento.


al contrario, alegraos y gozad sin límites por lo que voy a crear. En efecto, voy a crear una Jerusalén que sea todo gozo, con una población llena de alegría.


como a un niño consolado por su madre, así pienso yo consolaros.


En ellos se oirán alabanzas, voces con aire de fiesta. Haré que crezcan y no mengüen, que sea reconocida su importancia y que no los desprecie la gente.


Las muchachas gozarán bailando, junto con jóvenes y adultos; cambiaré su duelo en alegría, los consolaré, alegraré sus penas.


¿Cómo te trataré, Efraín? ¿Acaso te abandonaré, Israel? ¿Te trataré como traté a Adamá o haré contigo como con Seboín? Mi corazón está conturbado y mis entrañas se conmueven.


«Venid, volvamos al Señor, porque él nos ha desgarrado y él será quien nos cure; él nos ha hecho la herida y él nos la vendará.


Por eso así dice el Señor: Miro compasivo a Jerusalén donde será reconstruido mi Templo —oráculo del Señor del universo— junto con el resto de la ciudad».


Aquel día los cascabeles de los caballos llevarán esta inscripción: «consagrado al Señor»; y todos los calderos que haya en Jerusalén y en Judá serán [tan sagrados] como los aspersorios que están en el altar.


Aquel día el Señor reinará sobre toda la tierra, será el único [Dios] y único será también su nombre.


Pero ahora no me portaré como antes con el resto de este pueblo —oráculo del Señor del universo—.


—Así dice el Señor del universo: Los ayunos del cuarto, quinto, séptimo y décimo mes se convertirán para Judá en días de alegría y regocijo y en festivas solemnidades, siempre que améis la verdad y la paz.


Porque si el rechazo momentáneo de los judíos ha servido para que el mundo vuelva a estar en paz con Dios, su readmisión ¿no será como un volver de los muertos a la vida?


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