Hageo 1:9 - La Palabra (versión española)

⁹ Esperáis encontrar mucho, pero halláis poco: lo que traéis a casa yo lo disipo de un soplo. ¿Por qué causa es así? —dice el Señor del universo—. Pues porque es mi Templo el que está en ruinas, mientras cada uno de vosotros se preocupa de su propia casa.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁹ Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ Esperaban cosechas abundantes, pero fueron pobres; y cuando trajeron la cosecha a su casa, yo la hice desaparecer con un soplo. ¿Por qué? Porque mi casa está en ruinas, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, mientras ustedes se ocupan de construir sus elegantes casas.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ Ustedes esperaban mucho y lo que amontonaron es muy poco, pues yo lo he soplado. ¿'Por qué? -pregunta Yavé-. Porque mi Casa está en ruinas, mientras cada uno de ustedes corre para arreglar la suya.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ Emprendéis mucho, y resulta poco; metéis en la casa, pero Yo lo aviento.° ¿Por qué? Dice YHVH Sebaot: Porque mi Casa está en ruinas, mientras cada uno de vosotros se ocupa de su propia casa.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ Esperabais mucho y hubo poco; almacenabais en casa y yo lo aventé. ¿Por qué? -oráculo de Yahveh Sebaot. Por causa de mi templo, que está en ruinas, mientras que cada uno de vosotros disfruta de su casa propia.

Hageo 1:9 Referans Kwoze

2 Samuel 21:1

En tiempos de David hubo un hambre que duró tres años seguidos. David consultó al Señor, y el Señor le respondió: —Es porque Saúl y su familia están manchados de sangre desde que mató a los gabaonitas.

2 Samuel 22:16

Emergieron los lechos de las aguas, se mostraron los cimientos del mundo con el estruendo del Señor, ante el soplo de su ira.

2 Reyes 19:7

Yo mismo le voy a infundir un espíritu tal que, al oír cierta noticia, tendrá que regresar a su país donde lo haré morir a espada».

Job 10:2

Diré a Dios: «No me declares culpable; y dime por qué eres mi adversario.

Proverbios 11:24

Hay desprendidos que se enriquecen y tacaños que se empobrecen.

Proverbios 27:20

Abismo y Perdición son insaciables, e insaciables son los ojos del ser humano.

Eclesiastés 1:8

Todas las palabras se agotan, sin que nadie alcance a decirlas, ni los ojos se sacian de ver, ni el oído se harta de oír.

Isaías 40:7

Se seca la hierba, se amustia la flor, cuando sopla sobre ellas el aliento del Señor. ¡Ciertamente como hierba es el pueblo!

Isaías 5:10

Pues diez yugadas de viña solo darán una cántara, y una carga de semilla solo dará una canasta.

Jeremías 12:13

Sembraron trigo, cosecharon cardos; acabaron cansados sin sacar provecho; quedaron decepcionados de su cosecha, por la cólera ardiente del Señor.

Ezequiel 21:31

esto dice el Señor Dios: ¡Quítate el turbante real, fuera esa corona! Las cosas no pueden seguir así; lo humillado será exaltado, y lo exaltado humillado.

Levítico 19:25

Y el quinto año podréis ya comer su fruto y almacenar vuestras cosechas. Yo soy el Señor, vuestro Dios.

Hageo 1:4

—¿De veras pensáis que es tiempo de vivir en vuestras casas artesonadas, mientras el Templo está en ruinas?

Hageo 1:6

Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no os saciáis; bebéis, pero sin llegar a disfrutar; os vestís, pero no entráis en calor; y el jornalero echa su salario en bolsa agujereada.

Malaquías 2:2

Si no estáis atentos y no os proponéis de corazón el honrar mi nombre —dice el Señor del universo—, enviaré maldición sobre vosotros y convertiré en maldición vuestras bendiciones. De hecho, ya he decidido convertirlas en maldición porque ninguno de vosotros toma en consideración este aviso.

Deuteronomio 28:38

Sembrarás abundante semilla en el campo, pero cosecharás una miseria, porque la langosta la devorará.

Apocalipsis 2:4

Pero tengo una queja contra ti, y es que has dejado enfriar tu primer amor.

Apocalipsis 3:19

Yo reprendo y castigo a los que amo. Esfuérzate, pues, y cambia de conducta.