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Génesis 8:1 - La Palabra (versión española)

1 Entonces, Dios se acordó de Noé y de todos los animales, tanto de los salvajes como de los domésticos, que estaban con él en el arca; hizo pasar un viento fuerte sobre la tierra, y el nivel de las aguas comenzó a descender.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el barco. Envió un viento que soplara sobre la tierra, y las aguas del diluvio comenzaron a retirarse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Y Dios se acordó de Noé y de todas las fieras salvajes y de los otros animales que estaban con él en el arca. Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Entonces ’Elohim se acordó de Noé y de todo ser vivo, y de todos los animales que estaban con él en el arca. Y ’Elohim hizo pasar un viento sobre la tierra, y las aguas decrecieron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Se acordó Dios de Noé, de todos los animales y de todas las bestias que estaban con él en el arca. Entonces hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y fueron decreciendo las aguas.

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Génesis 8:1
35 Referans Kwoze  

Así, cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, arrasando las ciudades donde había vivido Lot, se acordó de Abrahán y libró a Lot de la catástrofe.


Pero Dios también se acordó de Raquel; oyó su oración y la hizo fecunda.


y con todos los animales que os han acompañado: aves, ganados y bestias; con todos los animales que salieron del arca y ahora pueblan la tierra.


—¡Acuérdate de mí, Dios mío, por todo esto y no olvides el bien que hice en el Templo de mi Dios y en su servicio!


Pedí a los levitas que se purificaran y vinieran a custodiar las puertas para que el sábado no fuera profanado. ¡Acuérdate de mí, Dios mío, también por esto, y apiádate de mí por la grandeza de tu misericordia!


¡No olvides, Dios mío, a los que han profanado el sacerdocio y la alianza sacerdotal y levítica!


Restablecí asimismo la ofrenda de la leña según los tiempos señalados, así como la ofrenda de los primeros frutos. ¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bien!


si retiene la lluvia, llega la sequía; si la deja libre, se inunda la tierra.


¡Ojalá me escondieras en el reino de los muertos oculto hasta que pase tu cólera! ¡Ojalá pusieras una fecha para acordarte de mí!


Se acordó de su santa promesa, la que había hecho a Abrahán, su siervo,


Señor, acuérdate de mí por amor a tu pueblo, con tu fuerza salvadora ven a mí,


El Señor nos recuerda y nos bendice, bendecirá a la casa de Israel, bendecirá a la casa de Aarón;


Señor, acuérdate de David, de todos sus afanes.


Estando abatidos se acordó de nosotros, porque es eterno su amor;


Recuerda Señor a los hijos de Edom, que el día de Jerusalén decían: «¡Arrasad, arrasadla hasta los cimientos!».


El Señor reina sobre el diluvio; el Señor, rey eterno, está en su trono.


es tu justicia como los altos montes, como el profundo abismo tus juicios; Señor, tú salvas a personas y animales.


Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo que el mar se retirase valiéndose de un viento huracanado del este que sopló durante toda la noche y que dividió las aguas en dos, dejando seco el mar.


Al soplo de tu aliento, los cubrió el mar; como plomo se hundieron en las impetuosas aguas.


que, oyendo su gemido, se acordó de la alianza que había hecho con Abrahán, Isaac y Jacob.


El viento del norte provoca lluvia; la lengua embustera, rostros airados.


el que dice al abismo: «Aridece, voy a secar tus corrientes»;


¡Espada contra sus canales que acabarán secos! Pues es una tierra de ídolos y se vuelven locos por ellos.


Pues bien, el Señor ha jurado por el honor de Jacob que nunca se olvidará de esas acciones.


¿No voy yo a compadecerme de Nínive, esa gran ciudad en la que viven más de ciento veinte mil niños y en la que hay mucho ganado?


Increpa al mar y lo seca, deja sin agua a los ríos; el Basán y el Carmelo languidecen, se marchitan las flores del Líbano.


He oído, Señor, tu proclama y respeto tu actuación. Hazla realidad en medio de los tiempos, dala a conocer en el curso de los años; en momentos de ira, acuérdate de la misericordia.


Atravesarán el mar de la angustia, mientras el Señor golpeará las olas del mar y el cauce del río quedará seco. Será abatido el orgullo de Asiria y el poder de Egipto acabará.


Cuando ya estéis en vuestra tierra y tengáis que salir a la guerra contra un agresor que os ataque, haréis resonar las trompetas con toques agudos; el Señor, vuestro Dios, se acordará de vosotros y os veréis liberados de vuestros enemigos.


El ángel del Señor le dijo: —¿Por qué has apaleado tres veces a tu burra? Era yo quien te cerraba el paso, pues no me agrada tu viaje.


La gran ciudad se partió en tres; se desmoronaron las restantes ciudades del mundo, y Dios se acordó de la orgullosa Babilonia para hacerle apurar hasta las heces la copa de su terrible indignación.


Hasta el cielo se han amontonado sus pecados y Dios no ha querido ignorar por más tiempo sus crímenes.


A la mañana siguiente madrugaron, adoraron al Señor y regresaron a su casa en Ramá. Elcaná se acostó con Ana, su mujer, y el Señor se acordó de ella.


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