Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Génesis 49:6 - La Palabra (versión española)

6 No querría estar presente en sus reuniones, ni comprometer mi honor en sus asambleas, pues cuando se enfurecieron mataron hombres, y en su crueldad desjarretaron bueyes.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Que jamás tome parte yo en sus reuniones; que nunca tenga nada que ver con sus planes. Pues en su enojo asesinaron hombres, y por diversión mutilaron bueyes.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Que nunca mi alma participe en sus intrigas, y que mi corazón esté lejos de su compañía, porque en su enojo mataron hombres, y en su furor desjarretaron toros.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

6 En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte a su asamblea, Pues en su furia asesinaron varones, Y en su temeridad desjarretaron bueyes.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Que no participe mi alma en sus consejos, ni mi corazón se asocie a su asamblea. Porque en su furor mataron hombres y en su desenfreno desjarretaron toros.

Gade chapit la Kopi




Génesis 49:6
29 Referans Kwoze  

Entonces Jacob les dijo a Simeón y Leví: —Me habéis ocasionado la ruina haciéndome enemigo de los habitantes de esta tierra, los cananeos y los fereceos. Yo cuento con muy pocos hombres y si ellos se alían contra mí y me atacan; acabarán conmigo y con toda mi familia.


David capturó mil setecientos soldados de caballería, veinte mil de infantería, y quebró las patas de todos los caballos de tiro, dejando solo cien carros.


David le capturó mil carros, siete mil soldados de caballería y veinte mil de infantería, y quebró las patas de todos los caballos de tiro, dejando solo cien carros.


Dichoso quien no sigue el consejo de los malvados, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en compañía de los necios se sienta,


Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre.


Dios mío, ¡ojalá abatieras al malvado! Que los sanguinarios se alejen de mí:


Por eso se alegra mi corazón, mi interior se regocija, todo mi ser descansa tranquilo,


No me reúnas con pecadores, ni con gente sanguinaria,


No me arrojes con los malvados ni con los que hacen el mal: hablan de paz con sus amigos, pero en su corazón hay violencia.


para que te cante sin callar nunca; Señor, Dios mío, te alabaré por siempre.


¿Por qué estoy abatido? ¿Por qué estoy tan turbado? En Dios pondré mi esperanza, no cesaré de alabarlo, ¡él es mi Dios salvador!


¿Por qué estoy abatido? ¿Por qué estoy tan turbado? En Dios pondré mi esperanza, no cesaré de alabarlo. ¡Él es mi Dios salvador!


¿Por qué estoy abatido? ¿Por qué estoy tan turbado? En Dios pondré mi esperanza, no cesaré de alabarlo, ¡él es mi Dios salvador!


Castígalos, Señor, que fracasen sus planes; expúlsalos por sus muchos crímenes, porque se han rebelado contra ti.


¡Despierta, corazón mío! ¡Despertaos, cítara y arpa, que yo despertaré a la aurora!


protégeme de la conjura de los malvados, de la conspiración de los malhechores.


Tal vez te digan: «Acompáñanos a poner trampas mortales asaltando a inocentes por diversión.


Los justos tienen intenciones rectas; los malvados, planes traicioneros.


Nunca andaba entre la gente amiga de la juerga y del disfrute; me obligabas a andar solo, pues me habías llenado de furor.


¡Ay mis entrañas, mis entrañas! ¡Cómo me tiembla el corazón! Tengo el corazón palpitando, no puedo seguir en silencio. He oído el sonido de la trompeta, el alarido que preludia la guerra;


Luego podré decirme: tienes riquezas acumuladas para muchos años; descansa, pues, come, bebe y diviértete».


No os asociéis con los incrédulos formando una pareja desigual. ¿Acaso tiene algo que ver la rectitud con la maldad? ¿Tienen algo en común la luz y las tinieblas?


¡Maldito sea quien mate a escondidas a su prójimo! Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!


Josué los trató como le había mandado el Señor: desjarretó sus caballos y quemó sus carros.


El torrente Quisón los barrió, el viejo torrente, el torrente Quisón. ¡Avanza, alma mía, con denuedo!


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite