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Génesis 39:12 - La Palabra (versión española)

12 entonces la mujer de Potifar lo agarró por el manto y le rogó: —Acuéstate conmigo. Pero José, dejando el manto en manos de la mujer, salió huyendo de la casa.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Ella llegó, lo agarró del manto y le ordenó: «¡Vamos, acuéstate conmigo!». José se zafó de un tirón, pero dejó su manto en manos de ella al salir corriendo de la casa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 La mujer lo agarró de la ropa diciendo: 'Vamos, acuéstate conmigo. Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió afuera corriendo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ella lo asió por su vestidura y le dijo: ¡Acuéstate conmigo!, pero él, dejando su vestidura en mano de ella, huyó y salió afuera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Entonces ella le asió por la ropa, diciéndole: 'Acuéstate conmigo'. Pero él escapó fuera, dejando su vestido en manos de ella.

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Génesis 39:12
16 Referans Kwoze  

Y, por más que ella insistía día tras día, José rechazaba su invitación a cortejarla y a acostarse con ella.


Pero un día, José entró en la casa para despachar sus asuntos sin que ninguno de los criados se encontrara en ella;


Cuando la mujer vio que José se había dejado el manto en sus manos al salir huyendo,


Pero José rehusó diciendo a la mujer de su amo: —Mira, mi amo ha dejado a mi cargo todo lo que posee y cuenta conmigo hasta el punto de no preocuparse de nada;


Cuando se acercó para darle de comer, él la agarró y le dijo: —Ven, hermana mía, y acuéstate conmigo.


Hijo mío, no sigas sus caminos y aleja tus pasos de sus sendas,


aleja de ella tu camino y no te acerques a la puerta de su casa;


escapa cual gacela de la trampa, como ave de la red del cazador.


Y he descubierto que la mujer es más amarga que la muerte: es, en efecto, una trampa, su corazón un lazo y sus brazos cadenas. El que agrada a Dios se libra de ella, pero el pecador queda atrapado en sus redes.


No os engañéis: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».


Huye de los excesos juveniles y esfuérzate en llevar una vida de rectitud, de fe, de amor y de paz en unión con los que invocan limpia y sinceramente al Señor.


Queridos hermanos, sois gente de paso en tierra extraña. Por eso os exhorto a que luchéis contra los apetitos desordenados que hacen guerra al espíritu.


Samuel se dio la vuelta para marcharse, pero Saúl le agarró el borde del manto y se lo rompió.


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