Génesis 3:12 - La Palabra (versión española)

¹² El hombre respondió: —La mujer que me diste por compañera me ofreció de ese fruto y yo lo probé.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹² Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² El hombre contestó: —La mujer que tú me diste fue quien me dio del fruto, y yo lo comí.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² El hombre respondió: 'La mujer que pusiste a mi lado me dio del árbol y comí.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Y dijo el hombre: La mujer que pusiste conmigo, ella me ha dado del árbol y he comido.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Respondió el hombre: 'La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y comí'.

Génesis 3:12 Referans Kwoze

Génesis 2:18

Luego Dios, el Señor, se dijo: —No es conveniente que el hombre esté solo; voy, pues, a hacerle una ayuda adecuada.

Génesis 2:20

El hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves y a todos los animales salvajes. Sin embargo, no encontró entre ellos la ayuda adecuada para sí.

Génesis 2:22

De la costilla que le había sacado al hombre, Dios, el Señor, formó una mujer, y se la presentó al hombre

Génesis 3:11

Entonces Dios, el Señor, le preguntó: —¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer?

Job 31:33

No oculté mi pecado como Adán, ni escondí mi delito en mi interior;

Proverbios 19:3

El necio arruina su destino y en su interior echa las culpas al Señor.

Proverbios 28:13

El que oculta sus delitos no prosperará; quien los reconoce y se enmienda, obtendrá compasión.

Lucas 10:29

Pero el maestro de la ley, para justificar su pregunta, insistió: —¿Y quién es mi prójimo?

Romanos 10:3

Desconocen, en efecto, el poder salvador de Dios y pretenden hacer valer su propio poder sin querer someterse al de Dios.

1 Samuel 15:15

Saúl le respondió: —Los han traído de Amalec. La gente ha perdonado la vida a las mejores ovejas y vacas, para ofrecerlas en sacrificio al Señor tu Dios. El resto lo hemos consagrado al exterminio.