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Génesis 2:5 - La Palabra (versión española)

5 no había aún arbustos en la tierra ni la hierba había brotado, porque Dios, el Señor, todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía nadie que cultivase el suelo;

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Biblia Reina Valera 1960

5 y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 no crecían en ella plantas salvajes ni grano porque el Señor Dios aún no había enviado lluvia para regar la tierra, ni había personas que la cultivaran.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 no había sobre la tierra arbusto alguno, ni había brotado aún ninguna planta silvestre, pues Yavé Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, y tampoco había hombre que cultivara el suelo

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 no había aún ninguna planta del campo, ni había brotado aún en la tierra ninguna hierba del campo, porque YHVH ’Elohim no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrara el suelo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 no había aún matorrales en la tierra ni había brotado ninguna hierba del campo, porque Yahveh-Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, ni había hombre que cultivara el suelo;

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Génesis 2:5
15 Referans Kwoze  

sin embargo, de la propia tierra brotaba un manantial que regaba toda la superficie del suelo.


Así que Dios, el Señor, lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que había sido formado.


Aunque labres la tierra, no te volverá a dar sus frutos. Andarás por el mundo errante y vagabundo.


Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a criar ovejas, y Caín a labrar la tierra.


derrama lluvia sobre la tierra, envía el agua a los campos;


Tú haces brotar la hierba para el ganado, y las plantas que cultiva el ser humano para sacar el pan de la tierra;


Desde el confín de la tierra alza las nubes, forja rayos para que llueva, saca el viento de sus refugios.


Él hizo la tierra con su poder, estableció el orbe con su sabiduría, desplegó el cielo con su inteligencia.


Cuando él alza la voz retumban las aguas del cielo, hace subir las nubes desde el confín de la tierra; con los rayos provoca la lluvia y saca de sus depósitos el viento.


¿Hay entre los paganos dioses de la lluvia, o es el cielo el que descarga los chubascos? ¿No eres tú, Señor, Dios nuestro, en quien ponemos nuestra esperanza? ¡Sí, tú eres quien hace todo eso!


Así seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre que está en los cielos, pues él hace que el sol salga sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos e injustos.


Y es que cuando la tierra embebe la lluvia que cae insistentemente sobre ella y produce plantas útiles a quienes la cultivan, es una tierra que ha recibido la bendición de Dios.


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