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Gálatas 2:4 - La Palabra (versión española)

4 [El problema lo crearon] esos intrusos, esos falsos hermanos que se infiltraron entre nosotros con la intención de arrebatarnos la libertad que tenemos en Cristo Jesús y hacer de nosotros unos esclavos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Incluso esa cuestión surgió solo a causa de unos supuestos creyentes —en realidad, falsos— que se habían infiltrado entre nosotros. Se metieron en secreto para espiarnos y privarnos de la libertad que tenemos en Cristo Jesús. Pues querían esclavizarnos y obligarnos a seguir los reglamentos judíos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 y esto a pesar de que había intrusos, pues unos falsos hermanos se habían introducido para vigilar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y querían hacernos esclavos (de la Ley).

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 y esto a pesar de los falsos hermanos, introducidos secretamente, quienes se infiltraron para espiar nuestra libertad que tenemos en Jesús el Mesías, a fin de someternos° a esclavitud;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Y esto a pesar de los intrusos, falsos hermanos que se habían introducido solapadamente para espiar nuestra libertad, la que tenemos en Cristo Jesús, y reducirnos a esclavitud.

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Gálatas 2:4
29 Referans Kwoze  

Caminaré sin estorbos, porque busco tus preceptos.


Devuélveme el gozo de tu salvación, que un espíritu generoso me sostenga.


Lo pondré en manos de tus verdugos, de aquellos que solían decirte: «Túmbate para que pasemos»; y ponías tu espalda como suelo, como calle para los transeúntes.


El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos.


Por aquel entonces llegaron algunos de Judea que trataban de imponer a los hermanos esta enseñanza: —Si no os circuncidáis conforme a la prescripción de Moisés, no podréis salvaros.


Hemos tenido conocimiento de que algunos de aquí, sin autorización por nuestra parte, os han inquietado y preocupado con sus enseñanzas.


De entre vuestras mismas filas surgirán individuos que propagarán falsas doctrinas y arrastrarán a los discípulos tras sí.


En cuanto a vosotros, no habéis recibido un Espíritu que os convierta en esclavos, de nuevo bajo el régimen del miedo. Habéis recibido un Espíritu que os convierte en hijos y que nos permite exclamar: «¡Abba!», es decir, «¡Padre!».


En realidad, esos tales son apóstoles falsos, obreros fraudulentos disfrazados de apóstoles de Cristo.


Y en esta cuestión de presumir, lo que voy a decir no es cosa del Señor, sino de uno que desvaría.


Aunque os tiranicen y os exploten y os despojen y os traten con arrogancia y os golpeen en el rostro, todo lo soportáis.


Continuos viajes con peligros de toda clase: peligros al cruzar los ríos o al caer en manos de bandidos; peligros procedentes de mis propios compatriotas, de los paganos, de los falsos hermanos; peligros en la ciudad, en despoblado, en el mar.


Y es que el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad.


¿Qué digo otro? Lo que pasa es que algunos os desconciertan intentando deformar el evangelio de Cristo.


Notad, en efecto, que Agar hace referencia al monte Sinaí, el cual está en Arabia, y es figura de la actual Jerusalén, que sigue siendo esclava junto con sus hijos.


Lo mismo sucede con nosotros: durante nuestra minoría de edad nos han esclavizado las realidades mundanas.


Cristo nos ha liberado para que disfrutemos de libertad. Manteneos, pues, firmes y no permitáis que os conviertan de nuevo en esclavos.


Cierto que el Señor me hace confiar en que no cambiaréis de comportamiento; pero el que os está perturbando tendrá su merecido, sea quien fuere.


A ella pertenecen los que se cuelan a hurtadillas en las casas y sorben el seso de mujeres incautas cargadas de pecados y agitadas por toda suerte de pasiones;


Dichoso, en cambio, quien se entrega de lleno a la meditación de la ley perfecta —la ley de la libertad— y no se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica.


Sois libres, pero utilizad la libertad para servir a Dios y no como patente de libertinaje.


Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos del vicio, pues quien te vence te esclaviza.


Queridos, andan por ahí muchos pretendidos profetas que presumen de poseer el Espíritu de Dios. Antes de fiaros de ellos, comprobad si verdaderamente lo poseen.


Y es que entre vosotros se han infiltrado solapadamente algunos individuos cuya condenación está anunciada en las Escrituras desde hace mucho tiempo; son gente impía que confunde la gracia de Dios con el libertinaje y que reniega de Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.


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