Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Gálatas 1:8 - La Palabra (versión española)

8 Pero sea quien sea —yo mismo o incluso un ángel venido del cielo— el que os anuncie un evangelio diferente del que yo os anuncié, ¡caiga sobre él la maldición!

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Si alguien —ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo— les predica otra Buena Noticia diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero aunque nosotros mismos o un ángel del cielo viniese a evangelizarlos en forma diversa a como lo hemos hecho nosotros, yo les digo: ¡Fuera con él!

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero si aun nosotros, o un ángel del° cielo, proclamara un evangelio contrario° al que os proclamamos, sea anatema.°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero aun cuando nosotros o un ángel del cielo [os] anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema.

Gade chapit la Kopi




Gálatas 1:8
23 Referans Kwoze  

dijo: ¡Maldito sea Canaán! ¡Será esclavo para sus hermanos, el último de los esclavos!


Pero el anciano insistió: —Yo también soy profeta, como tú, y un ángel me ha ordenado, de parte del Señor, que te lleve conmigo a mi casa para que comas y bebas algo. Así lo engañó


Discutí con ellos, los maldije, hice que los azotaran y les raparan la cabeza; después los conjuré en nombre de Dios: —No caséis vuestras hijas con sus hijos, ni os caséis vosotros o vuestros hijos con sus hijas.


Así dice el Señor del universo: No escuchéis las palabras de los profetas que os despiertan esperanzas vanas y os transmiten visiones imaginarias, cosas que no ha hablado el Señor.


Pero ya no mencionéis la expresión «oráculo del Señor», pues una carga será para cada cual su propia palabra, ya que habéis pervertido las palabras del Dios vivo, del Señor del universo, nuestro Dios.


A los otros, en cambio, dirá: «¡Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles!


Entonces él comenzó a jurar y perjurar: —¡No sé quién es ese hombre del que habláis!


Se presentaron después ante los jefes de los sacerdotes y demás dirigentes y les comunicaron: —Hemos jurado solemnemente no probar absolutamente nada hasta que matemos a Pablo.


Os ruego, hermanos, que tengáis cuidado con los que suscitan divisiones y ponen en peligro la enseñanza que habéis recibido; alejaos de ellos.


Con gusto aceptaría convertirme en objeto de maldición, separado incluso de Cristo, si eso contribuye al bien de mis hermanos, los que son de mi pueblo.


Os hago saber al respecto que nadie impulsado por el Espíritu de Dios puede exclamar: «Maldito sea Jesús»; como tampoco nadie puede proclamar: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo.


Quien no ame al Señor sea maldito. ¡Ven, Señor nuestro!


Os lo dije en otra ocasión y os lo repito ahora: si alguien os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡caiga sobre él la maldición!


Por el contrario, cuantos viven pendientes de cumplir la ley están bajo el peso de una maldición. Así lo dice la Escritura: Maldito sea quien no cumpla constantemente todo lo escrito en el libro de la ley.


Fue Cristo quien nos libró de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldito. Pues dice la Escritura: Maldito sea todo el que muera colgado de un madero.


Apártate de quien fomenta divisiones después de haberlo amonestado una e incluso dos veces,


Que la maldición caiga sobre vosotros de manera que nunca dejéis de servir como leñadores y aguadores de la casa de mi Dios.


Miran con ojos cargados de pasión a la mujer adúltera; están siempre hambrientos de pecado; seducen a los débiles; su corazón rebosa avaricia; ¡son unos malditos!


Ruego a mi señor, el rey, que se digne escuchar las palabras de su siervo. Si es el Señor quien te empuja contra mí, se aplacará con una ofrenda; pero si son los hombres, ¡que el Señor los maldiga! Porque hoy me expulsan y me impiden participar en la herencia del Señor, mandándome a servir a otros dioses.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite