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Éxodo 8:10 - La Palabra (versión española)

10 Los egipcios las recogieron y las amontonaron; y un hedor insoportable se extendió por todo el país.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 —Háganlo mañana mismo —dijo el faraón. —De acuerdo —respondió Moisés—, se hará como has dicho. Entonces sabrás que no hay nadie como el Señor nuestro Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Las juntaron en inmensos montones, quedando el país apestado de mal olor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Sea conforme a tu palabra, para que sepas que no hay como YHVH nuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 las juntaron en numerosos montones, por lo que la tierra quedó apestada.

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Éxodo 8:10
21 Referans Kwoze  

¡Por eso eres grande, Señor Dios! No hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que ha llegado a nuestros oídos.


Señor, no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que ha llegado a nuestros oídos.


que sepan que tu nombre es el Señor y solo tú eres Altísimo en la tierra entera.


No hay entre los dioses uno como tú, Dios mío, no hay obras como las tuyas.


El Señor se ha revelado, ha hecho justicia, el malvado está atrapado en sus propias obras. [Pausa]


¿Quién hay como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible por tus hazañas, autor de prodigios?


El Señor accedió a la petición de Moisés y murieron las ranas de las casas, patios y campos.


porque si no, voy a desencadenar esta vez sobre ti, sobre tus cortesanos y sobre todo tu pueblo, todas mis plagas. De este modo aprenderás que no hay nadie que se me parezca en toda la tierra.


Moisés le respondió: —En cuanto salga de la ciudad, alzaré mis manos al Señor; los truenos y el granizo cesarán; así reconocerás que la tierra es del Señor.


No presumas del mañana, pues no sabes lo que el hoy dará de sí.


¿Con quién compararéis a Dios, a qué imagen lo asemejaréis?


¿Con quién me compararéis? ¿Con quién me asemejaréis? —dice el Santo—.


recordad el pasado lejano. Yo soy Dios, no hay otro; yo soy Dios, nadie como yo.


«Señor mi Dios, tú has comenzado a mostrar a este siervo tuyo tu grandeza y la fuerza de tu brazo, pues ¿qué Dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las hazañas y proezas que tú haces?


¡Bien saben nuestros enemigos que su roca no es como la nuestra!


No hay nadie comparable al Dios de Jesurún, que cabalga lleno de majestad sobre las nubes del cielo para venir en tu ayuda.


Pues a ti te ha mostrado el Señor todo esto para que sepas que solo él es Dios y no hay otro fuera de él.


Así que reconoce hoy y convéncete de que el Señor es el único Dios: ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay ningún otro.


¿sabéis, acaso, qué os sucederá mañana? Pues vuestra vida es como una nube de vapor, que aparece un instante y al punto se disipa.


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