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Éxodo 7:17 - La Palabra (versión española)

17 Por tanto, esto dice el Señor: Ahora vas a saber que yo soy el Señor. Por eso, cuando yo, Moisés, golpee las aguas del Nilo con la vara que llevo en mi mano, se convertirán en sangre;

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Biblia Reina Valera 1960

17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 por lo tanto, esto dice el Señor: ‘Te mostraré que yo soy el Señor’. ¡Mira! Con esta vara que tengo en la mano golpearé el agua del Nilo, y el río se convertirá en sangre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Ahora, pues, Yavé dice: En esto conocerás que yo soy Yavé: voy a golpear el Nilo con mi bastón y las aguas se convertirán en sangre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Ahora dice YHVH: En esto conocerás que Yo soy YHVH: He aquí golpearé con la vara que tengo en la mano sobre las aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pero he aquí lo que dice Yahveh: en esto conocerás que yo soy Yahveh. Con el cayado que tengo en mi mano golpearé las aguas del Nilo, y se convertirán en sangre.

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Éxodo 7:17
30 Referans Kwoze  

Un hombre de Dios se acercó al rey de Israel y le dijo: —Así dice el Señor: Puesto que los sirios han dicho que el Señor es un dios de los montes y no de los valles, entregaré en tu poder a ese ejército tan numeroso, para que reconozcáis que yo soy el Señor.


Pero ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todos los reinos del mundo reconozcan que únicamente tú eres, Dios, el Señor.


Transformó en sangre sus aguas, hizo morir a sus peces.


Él convirtió en sangre sus ríos, sus arroyos para que no bebieran.


que sepan que tu nombre es el Señor y solo tú eres Altísimo en la tierra entera.


El Señor se ha revelado, ha hecho justicia, el malvado está atrapado en sus propias obras. [Pausa]


Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo: —Arrojad al río a todos los niños hebreos que nazcan; a las niñas dejadlas vivir.


Así podrás contar a tus hijos y a tus nietos cómo castigué a Egipto y qué prodigios realicé entre ellos; y reconoceréis que yo soy el Señor.


pero si no te creen ni te hacen caso con ninguno de estos dos prodigios, toma agua del río, derrámala por el suelo y el agua se convertirá en sangre.


Pero el faraón respondió: —¿Quién es el Señor para que yo lo obedezca y deje salir a los israelitas? Ni conozco al Señor, ni dejaré salir a los israelitas.


Os tomaré para que seáis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios; así reconoceréis que yo soy el Señor vuestro Dios, el que os rescató de la opresión egipcia.


Moisés y Aarón obraron según lo ordenado por el Señor: Aarón alzó su vara, golpeó las aguas del Nilo ante la mirada del faraón y sus cortesanos, y las aguas del río se convirtieron en sangre.


Cuando haya desplegado mi poder y hecho salir a los israelitas de en medio de ellos, reconocerán los egipcios que yo soy el Señor.


Ejecutaré contra ellos mi suprema venganza, experimentarán mis castigos y mi cólera; y reconocerán que yo soy el Señor cuando descargue mi venganza sobre ellos.


Egipto quedará desolado y en ruinas, y reconocerán que yo soy el Señor. Por haber dicho: «Mío es el Nilo, yo mismo lo hice»,


Haré justicia contra Egipto, y reconocerán que yo soy el Señor.


Y reconocerán que yo soy el Señor cuando prenda fuego a Egipto y destruya a quienes lo ayudan.


Cuando entregue a Egipto a la desolación y todo cuanto lo habita desaparezca, cuando hiera a todos sus moradores, reconocerán que yo soy el Señor.


empaparé la tierra con tu sangre que fluirá por los montes y rebosará por los torrentes.


Así me revelaré en mi grandeza y mi santidad, numerosas naciones percibirán mi presencia y reconocerán que yo soy el Señor.


Y reconocerán que yo soy el Señor su Dios cuando, tras haberlos desterrado entre las naciones, los reúna en su tierra sin que falte ninguno de ellos.


El árbol que viste crecer corpulento, cuya copa llegaba hasta el cielo y que era visible desde toda la tierra,


Ante él nada son los habitantes de la tierra, y hace lo que quiere con el ejército del cielo y con los habitantes de la tierra. Nadie puede detenerle la mano ni pedirle cuentas de lo que hace.


Dejó de vivir entre personas, su entendimiento quedó reducido al de las bestias, vivía entre los asnos salvajes, comía hierba como los toros y el rocío empapaba su cuerpo; hasta que reconoció que el Dios Altísimo controla los reinos humanos y se los da a quien quiere.


te has rebelado contra el Señor del cielo haciendo traer las copas de su Templo para beber en ellas en compañía de tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas, al tiempo que alababas a tus dioses de plata y de oro, de bronce y de hierro, de leño y de piedra, que ni ven, ni oyen ni entienden. Además no has glorificado al Dios que tiene tu vida en sus manos y de quien depende todo lo que hagas.


Tienen poder para cerrar el cielo e impedir que llueva mientras proclaman su mensaje profético; pueden convertir el agua en sangre; pueden herir la tierra cuantas veces quieran con toda clase de calamidades.


El segundo ángel tocó la trompeta, y una especie de enorme montaña en llamas se precipitó en el mar. La tercera parte de las aguas del mar se convirtió en sangre;


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