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Éxodo 4:11 - La Palabra (versión española)

11 El Señor le respondió: —¿Quién le ha dado la boca al ser humano? ¿Quién hace al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿Acaso no he sido yo, el Señor?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Entonces el Señor le preguntó: —¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el Señor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Le respondió Yavé: '¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace que uno hable y otro no?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero YHVH le respondió: ¿Y quién ha dado boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al vidente y al ciego? ¿No soy Yo YHVH?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Yahveh le respondió: '¿Quién ha dado al hombre la boca, y quién hace al mudo y al sordo, al vidente y al ciego? ¿Acaso no soy yo, Yahveh?

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Éxodo 4:11
18 Referans Kwoze  

Será mejor que bajemos a confundir su lengua para que no se entiendan entre ellos mismos».


¿Acaso hay algo imposible para el Señor? El año que viene por estas fechas volveré a visitarte y Sara habrá tenido un hijo.


el Señor da la vista a los ciegos, el Señor levanta a los abatidos, el Señor ama a los justos.


Señor, abre mis labios y mi boca pregonará tu alabanza.


Quien formó el oído, ¿no oirá? Quien hizo el ojo, ¿no verá?


Oído que escucha y ojo que ve, los dos son obra del Señor.


para que abras los ojos a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo a los que viven a oscuras.


y la puso en mi boca diciendo: «Al tocar esto tus labios, tu culpa desaparece, se perdona tu pecado».


Respondí: —Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy muy joven!


El Señor alargó su brazo, me tocó en la boca y me dijo: —He puesto mis palabras en tu boca.


Aquella tarde, antes de la llegada del fugitivo, la mano del Señor se había posado sobre mí y había abierto mi boca antes de que aquel llegara por la mañana. Después de abrirme la boca ya no volví a quedar mudo.


¿Sonará la trompeta en la ciudad sin que la población se alarme? ¿Sucederá una desgracia en la ciudad si no es el Señor quien la envía?


los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el evangelio.


Cuanto te he dicho se cumplirá en su momento oportuno; pero como no has dado crédito a mis palabras, vas a quedarte mudo y no volverás a hablar hasta el día en que tenga lugar todo esto.


En aquel mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios,


Otros, en cambio, replicaban: —Sus palabras no son precisamente las de un endemoniado. ¿Podría un demonio dar la vista a los ciegos?


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