Éxodo 37:6 - La Palabra (versión española)

⁶ Después hizo la cubierta del Arca; la hizo de oro puro y con una medida de ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁶ Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Después hizo la tapa del arca —el lugar de la expiación— de oro puro. Medía un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Hizo el Lugar del Perdón de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro, dos codos y medio su longitud, y un codo y medio su anchura.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Hizo el propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo por codo y medio de ancho.

Éxodo 37:6 Referans Kwoze

1 Crónicas 28:11

David entregó a su hijo Salomón el diseño del atrio del Templo y de sus edificaciones anejas: almacenes, cámaras superiores, dependencias interiores y el lugar de la expiación;

Éxodo 31:7

a saber, la Tienda del encuentro, el Arca del testimonio, la cubierta que va sobre el Arca y todos los utensilios de la Tienda:

Éxodo 37:5

y los metió por las argollas laterales del Arca, para poder transportarla.

Éxodo 37:7

Asimismo, hizo dos querubines, cincelados en oro, para los extremos de la cubierta del Arca,

Romanos 3:25

a quien Dios ha hecho, para quienes creen en su muerte, instrumento de perdón. Así, cuando perdonó los pecados cometidos en el pasado, puso de manifiesto su justicia,

Gálatas 4:4

Pero al llegar el momento cumbre de la historia, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo el régimen de la ley,

Tito 2:14

Fue él quien se entregó por nosotros a fin de liberarnos de toda maldad y de prepararse un pueblo limpio y elegido, totalmente entregado a la práctica del bien.

Hebreos 9:5

Encima del Arca estaban los querubines, representantes de la presencia gloriosa de Dios, que cubrían el llamado «propiciatorio». Pero no es este el momento de entrar en más detalles sobre el particular.

1 Juan 2:2

Porque Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino también los del mundo entero.