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Éxodo 29:18 - La Palabra (versión española)

18 y dejarás que todo se queme completamente sobre el altar. Este es un holocausto para el Señor, una ofrenda quemada cuyo olor le agrada.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y quemarás todo el carnero sobre el altar; es holocausto de olor grato para Jehová, es ofrenda quemada a Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 después quema todo el animal sobre el altar. Esta es una ofrenda quemada al Señor; es un aroma agradable, una ofrenda especial presentada al Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 y lo quemarás todo en el altar. Es el holocausto, esto es el sacrificio de calmante olor para Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 y quemarás todo el carnero sobre el altar. Es el holocausto a YHVH, olor que apacigua, ofrenda ígnea para YHVH.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 y quemarás todo el carnero en el altar. Es un holocausto a Yahveh de calmante aroma, de manjares pasados por el fuego en honor de Yahveh.

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Éxodo 29:18
23 Referans Kwoze  

Al levantar la vista, Abrahán vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en sustitución de su hijo.


Y Dios le dijo: —Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, a Isaac, dirígete a la región de Moriá y, una vez allí, ofrécemelo en holocausto, en un monte que yo te indicaré.


Isaac dijo a Abrahán, su padre: —¡Padre! Abrahán respondió: —Dime, hijo mío. Dijo Isaac: —Tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?


Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura, y los ofreció en holocausto sobre el altar.


Cuando el Señor aspiró el grato aroma se dijo: «Aunque las intenciones del ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por su culpa. Jamás volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.


Entonces descendió el fuego divino, devoró el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja.


El santuario principal estaba en Gabaón, y el rey fue allí a ofrecer mil víctimas en holocausto.


No te reprendo por tus sacrificios, pues tus holocaustos están siempre ante mí.


Luego lo descuartizarás, lavarás sus vísceras y patas, colocándolas sobre los trozos de carne y sobre la cabeza,


Después, volverás a tomarlo de sus manos y lo quemarás en el altar, sobre los restos del anterior holocausto, como fragancia apaciguadora delante del Señor. Es una ofrenda que se quema en honor del Señor.


¿Qué utilidad me reportan vuestros abundantes sacrificios? —dice el Señor—. Estoy harto de holocaustos de carneros, de la enjundia de cebones; no me agrada la sangre de novillos, de corderos y machos cabríos.


¿Para qué me traes incienso de Sabá, caña aromática de tierras lejanas? No me agradan vuestros holocaustos, no me gustan vuestros sacrificios.


Le rasgará las alas, pero no se las arrancará. El sacerdote hará que lo que está en el altar, encima de la leña que arde, se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.


y lavarán con agua las vísceras y las patas. El sacerdote hará que lo que está sobre el altar se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.


Le quitará toda la grasa, como en el sacrificio de comunión y la quemará sobre el altar en olor grato al Señor. El sacerdote hará así expiación por él, y será perdonado.


Lavó con agua las vísceras y las patas y, tal como el Señor se lo había ordenado, quemó todo el carnero sobre el altar, como holocausto de olor grato ofrecido al Señor.


Salió fuego de la presencia del Señor y consumió el holocausto y la grasa que estaba sobre el altar. Al verlo, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y se postraron rostro en tierra.


Y amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo nuestro entendimiento y con todas nuestras fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.


y haced del amor la norma de vuestra vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.


Acuso, pues, recibo de todo, que ha sido más que suficiente. Me siento satisfecho con lo que me habéis enviado por medio de Epafrodito, y que es ofrenda de suave olor y sacrificio que Dios acepta con agrado.


Samuel tomó un cordero lechal, lo sacrificó al Señor en holocausto, clamó al Señor en favor de Israel y el Señor lo escuchó.


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