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Éxodo 20:4 - La Palabra (versión española)

4 No te harás escultura alguna o imagen de nada de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o en el agua debajo de la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 No te harás estatua, ni imagen semejante de lo que esté arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No te harás ninguna imagen esculpida, ni figura de lo que hay arriba en el cielo, o abajo en la tierra, o en las aguas debajo de la tierra.

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Éxodo 20:4
41 Referans Kwoze  

Así que el rey pidió consejo y mandó hacer dos becerros de oro. Después dijo a los israelitas: —Ya no tenéis que ir más a Jerusalén. ¡Israel, aquí tienes a tu Dios, el que te sacó de Egipto!


Sirvieron a los ídolos, aunque el Señor les había prohibido hacer tal cosa.


Hizo una estatua idolátrica y la colocó en el Templo del que Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: «En este Templo y en Jerusalén, mi ciudad elegida entre todas las tribus de Israel, residirá mi nombre por siempre.


Lo enfurecieron con sus altares, con sus ídolos le dieron celos.


Que se avergüencen los idólatras, los que cifran en los ídolos su orgullo, que se postren ante él todos los dioses.


No os fabriquéis, pues, dioses de oro o plata, ni los pongáis junto a mí.


Viendo el pueblo que Moisés tardaba en bajar del monte, se presentaron en masa ante Aarón y le dijeron: —Anda, haznos un dios que nos guíe pues no sabemos qué le habrá pasado a ese Moisés, el hombre que nos sacó de Egipto.


Me dijeron: «Haznos un dios que nos guíe, pues no sabemos qué le habrá pasado a ese Moisés, el hombre que nos sacó de Egipto».


este los recibió de sus manos e hizo con el oro fundido un becerro modelado a cincel. Entonces ellos exclamaron: —¡Israel, este es tu dios, el que te sacó de Egipto!


Muy pronto se han apartado del camino que yo les había indicado. Se han fabricado un becerro de metal al que adoran y ofrecen sacrificios al tiempo que proclaman: «¡Israel, este es tu dios, el que te sacó de Egipto!».


No te fabriques dioses de metal fundido.


Retrocederán llenos de vergüenza todos los que confían en los ídolos, los que dicen a simples estatuas: «Vosotros sois nuestros dioses».


Yo soy el Señor, así me llamo, y no cedo a nadie esa gloria, ni ese honor a los ídolos.


Quedan defraudados y avergonzados, abochornados los que fabrican ídolos.


Y les dije: Desprendeos de todos y cada uno de los dioses falsos que os seducen y no os contaminéis con los ídolos de Egipto; yo soy el Señor, vuestro Dios.


Entré y vi toda clase de imágenes de reptiles y animales repugnantes; todos los ídolos de Israel grabados en la pared, todo alrededor.


Alargó una especie de mano y me agarró por los cabellos; el espíritu me levantó en vilo entre la tierra y el cielo y me llevó a Jerusalén, mediante una visión divina, hasta la entrada de la puerta interior que mira al norte, donde está instalado el ídolo que provoca los celos del Señor.


No deis culto a los ídolos ni os hagáis dioses de metal fundido. Yo soy el Señor, vuestro Dios.


No os fabriquéis ídolos, ni levantéis esculturas o estatuas, ni erijáis en vuestra tierra piedras conmemorativas para postraros ante ellas, porque yo soy el Señor, vuestro Dios.


Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas, mientras él contempla mi semblante. ¿Cómo, pues, os habéis atrevido a criticar a Moisés, mi siervo?


Siendo, pues, estirpe de Dios, no debemos suponer que la divinidad tenga algún parecido con esas imágenes de oro, plata o mármol, que son labradas por el arte y la inspiración humana.


que llegaron a cambiar la grandeza del Dios que nunca muere por imágenes de personas mortales, y aun de pájaros, de cuadrúpedos y de reptiles.


ni erijas ninguna piedra votiva, pues el Señor tu Dios las detesta.


¡Maldito sea quien haga un ídolo tallado o de metal fundido —creación humana, que el Señor abomina— y lo adore en secreto! Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!


No te harás escultura alguna o imagen de nada de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra.


Partió el primer ángel, derramó su copa sobre la tierra y llagas repugnantes y dolorosas se abatieron sobre los que estaban tatuados con la marca de la bestia y adoraban su imagen.


A pesar de todo, quienes no fueron aniquilados por estas calamidades, se negaron a cambiar de conducta. Siguieron adorando a los demonios, a los ídolos de oro, plata, bronce, madera y piedra, dioses que no pueden ver, ni oír, ni caminar.


Y él le devolvió los mil cien siclos de plata. Y su madre dijo: —Consagro solemnemente, en favor de mi hijo, esta plata mía al Señor, para hacer con ella una imagen de madera y un ídolo de fundición.


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