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Éxodo 18:11 - La Palabra (versión española)

11 y de la arrogancia con que os trataron; ahora estoy convencido de que el Señor es más grande que todos los dioses.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Ahora sé que el Señor es más grande que todos los demás dioses, porque rescató a su pueblo de la opresión de los egipcios arrogantes».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Ahora reconozco que Yavé es el más grande de los Dioses; lo demostró en el momento en que oprimían a su pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Ahora sé que YHVH es mayor que todos los dioses, pues en aquello en que se ensoberbecieron, Él prevaleció° contra ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Ahora reconozco que Yahveh es más grande que todos los dioses, pues así se ha mostrado en el preciso momento en que se tiranizaba a los suyos'.

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Éxodo 18:11
30 Referans Kwoze  

La mujer dijo a Elías: —Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que Dios habla de verdad por medio de ti.


Luego volvió con toda su comitiva a ver al profeta. Al llegar, se presentó ante él y le dijo: —Ahora reconozco que en toda la tierra no hay más Dios que el de Israel. Te ruego, pues, que aceptes un regalo de tu servidor.


porque es grande el Señor, es digno de alabanza, y más admirable que todos los dioses.


Pero ¿quién sería capaz de construirle un Templo cuando los cielos y todo el universo son incapaces de contenerlo? ¿Y quién soy yo para construirle un Templo, aunque solo sea para quemarle incienso en él?


Hiciste señales y prodigios contra el faraón y todos sus siervos, contra todo el pueblo de su tierra, porque pudiste comprobar con cuánta insolencia los trataban. Así te labraste una fama que hoy todavía perdura.


Pero nuestros antepasados actuaron con soberbia y desoyeron, tercos, tus mandatos.


No cesabas de amonestarlos para que se convirtieran a tu ley; ellos, sin embargo, fueron soberbios y no escucharon tus mandatos. Pecaron contra tus normas que dan vida a quien las cumple; rebeldes, te dieron la espalda y, tercos, no quisieron escuchar.


Tú reprendes a los soberbios, maldito quien se aparte de tus mandatos.


Yo sé bien que el Señor es grande, nuestro Dios supera a todos los dioses.


¡Amad al Señor todos sus fieles! El Señor cuida a quienes son leales y a los arrogantes castiga con creces.


Porque el Señor es un Dios grande, un gran rey sobre todos los dioses.


Porque tú eres, Señor, el Altísimo en toda la tierra, tú quien se alza sobre los dioses.


Actuemos sabiamente respecto a ellos, no sea que sigan multiplicándose y, en caso de guerra, se pongan del lado de nuestros enemigos, luchen contra nosotros y se marchen del país.


y les dijo: —Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, prestad atención al sexo del recién nacido; si es niño, matadlo; si es niña, dejadla vivir.


Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo: —Arrojad al río a todos los niños hebreos que nazcan; a las niñas dejadlas vivir.


Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y le dijeron: —Esto dice el Señor, Dios de los hebreos: ¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante mí y a dejar salir a mi pueblo para que me rinda culto?


Esa noche recorreré el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto personas como animales. De este modo, yo, el Señor, daré un justo escarmiento a todos los dioses egipcios.


Y cuando me haya cubierto de gloria a costa del faraón, de sus carros y de su caballería, los egipcios tendrán que reconocer que yo soy el Señor.


Y el Señor hizo que el faraón, el rey de Egipto, se obstinase en perseguir a los israelitas que habían partido en plan de vencedores.


¿Quién hay como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible por tus hazañas, autor de prodigios?


Pero el faraón respondió: —¿Quién es el Señor para que yo lo obedezca y deje salir a los israelitas? Ni conozco al Señor, ni dejaré salir a los israelitas.


—A partir de ahora no volveréis a proveer de paja a los israelitas, como antes hacíais, para que fabriquen los adobes; ¡que vayan ellos mismos a buscarla!


Los egipcios, mientras tanto, enterraban a sus primogénitos a quienes el Señor había abatido, ejecutando así la sentencia contra sus dioses.


Con la fuerza de su brazo destruyó los planes de los soberbios.


Aunque su benevolencia es siempre mayor, y por eso dice también la Escritura: Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes.


En cuanto a vosotros, jóvenes, respetad a vuestros mayores. Que la sencillez presida vuestras mutuas relaciones, pues Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes.


No pronunciéis discursos altaneros, arrojad la arrogancia de vuestras bocas, porque el Señor es un Dios sabio y evalúa todas las acciones.


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