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Éxodo 15:2 - La Palabra (versión española)

2 El Señor es mi fortaleza y mi refugio, él fue mi salvación. Él es mi Dios, por eso lo alabaré; es el Dios de mi padre, por eso lo ensalzaré.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El Señor es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, ¡y lo exaltaré!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Yavé, mi fortaleza!, a él le cantaré, él fue mi salvación, él es mi Dios y lo alabaré, el Dios de mi padre, lo ensalzaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 YH° es mi fortaleza y mi cántico, Y me ha sido por salvación.° ¡Éste es mi Dios!, y lo alabaré, ¡Dios de mi padre!, y lo exaltaré.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yah es mi fuerza y objeto de mi canto; él ha sido salvación para mí. Él es mi Dios, y yo lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo ensalzaré.

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Éxodo 15:2
64 Referans Kwoze  

Establezco mi alianza contigo y, después de ti, con todas las generaciones que desciendan de ti. Será una alianza perpetua: yo seré tu Dios y el de tus descendientes.


Espero tu salvación, Señor.


es mi Dios, la fortaleza en que me resguardo; es mi escudo, mi refugio y mi defensa; el salvador que me libra de los violentos.


¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado Dios mi salvador,


Él acrecienta las victorias de su rey y se mantiene fiel a su ungido, a David y a su descendencia para siempre.


Has constituido a tu pueblo, Israel, en pueblo tuyo para siempre y tú, Señor, te has convertido en su Dios.


—Ve a decir a mi siervo David: «Esto dice el Señor: No serás tú quien me construya a mí una casa para vivir en ella.


pero yo te he construido un palacio, una morada en la que habites para siempre.


Pero ¿puede Dios habitar realmente en la tierra? Si ni los cielos, en toda su inmensidad, pueden contenerte, ¿cómo podría hacerlo este Templo que he construido?


Él es el Señor, nuestro Dios, sus leyes dominan toda la tierra.


No te quedes callado, Dios de mi alabanza,


Dios es mi fuerza y mi potencia, él fue para mí la salvación.


Te doy gracias pues me has escuchado, tú fuiste para mí la salvación.


Tú eres mi Dios y te doy gracias, eres mi Dios a quien ensalzo.


hasta que halle un lugar para el Señor, una morada para el protector de Jacob».


Señor, Dios mío, mi fuerza salvadora, tú proteges mi cabeza el día del combate.


Dios mío, mi rey, yo te alabaré, bendeciré tu nombre por siempre jamás.


¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado Dios mi salvador,


desde el seno materno te fui confiado, desde el vientre de mi madre tú eres mi Dios.


Tú eres el Santo, el que se sienta en el trono, rodeado por las alabanzas de Israel.


El Señor es mi luz, mi salvación, ¿de quién tendré miedo? El Señor es mi refugio, ¿a quién temeré?


El Señor es el baluarte de su pueblo, la fortaleza que salva a su ungido.


Señor, te alabaré porque me has salvado y no has dejado que mis enemigos se burlen de mí.


Glorificad conmigo al Señor, ensalcemos su nombre todos juntos.


que este es Dios, nuestro Dios eterno, que él es quien nos conduce por siempre.


Fuerza mía, a ti te canto, porque Dios es mi refugio, él es el Dios que me ama.


Nuestro Dios es un Dios de salvación, el Señor Dios puede librarnos de la muerte.


Alabad al Señor nuestro Dios, postraos ante el estrado de sus pies: ¡Él es santo!


Alabad al Señor nuestro Dios, postraos ante su santo monte, porque santo es el Señor nuestro Dios.


Y Moisés respondió al pueblo: —No tengáis miedo; manteneos firmes y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy; a esos egipcios que ahora veis, os aseguro que no los veréis nunca más.


Y añadió: —Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Moisés, sintió miedo de mirar a Dios y se tapó la cara.


Entonces dirás al faraón: —Esto es lo que ha dicho el Señor: Israel es mi hijo, mi primogénito.


Entonces la nube cubrió la Tienda del encuentro y la gloria del Señor llenó la Morada.


Os tomaré para que seáis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios; así reconoceréis que yo soy el Señor vuestro Dios, el que os rescató de la opresión egipcia.


Pues Dios es mi salvación, en él confío y nada temo; Dios es mi fuerza y mi canto, el Señor es mi salvación.


Señor, tú eres mi Dios, te ensalzo y te doy gracias, pues hiciste cosas admirables, planes fieles y firmes.


Pero el Señor salva a Israel con una victoria permanente. No se sentirán defraudados ni avergonzados nunca jamás.


Es muy poco que seas mi siervo para restaurar a las tribus de Jacob y reconducir al resto de Israel. Voy a hacerte luz de las naciones para que llegue mi salvación hasta el confín de la tierra.


Así dice el Señor: El cielo es mi trono, la tierra, el escabel de mis pies. ¿Qué templo vais a construirme, o qué lugar donde pueda residir?


¡Qué mentira son las colinas, los montes son pura confusión! Solo en el Señor, nuestro Dios, está la salvación de Israel.


Esta es la alianza que voy a pactar con Israel después de aquellos días —oráculo del Señor—: Pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Pero sales para salvar a tu pueblo, para poner a salvo a tu ungido. Destruyes la mansión del impío, la arrasas hasta los cimientos. [Pausa]


Haré pasar por el fuego a este tercio, lo purificaré como se hace con la plata y lo acrisolaré como se acrisola el oro. Me invocará y yo lo escucharé; yo diré: «Es mi pueblo»; y él responderá: «El Señor es mi Dios».


y anunciar a su pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados.


Con mis propios ojos he visto la salvación que nos envías


Vosotros los samaritanos rendís culto a algo que desconocéis; nosotros sí lo conocemos, ya que la salvación viene de los judíos.


Y quiere que todos den al Hijo el mismo honor que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo ha enviado.


Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido autor de nuestra salvación.


Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de reconciliación.


en el que también vosotros os vais integrando hasta llegar a ser, por medio del Espíritu, casa en la que habita Dios.


Solo a él debes alabar porque él es tu Dios, que hizo por ti las proezas y maravillas que tú mismo presenciaste.


y todos proclamen que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.


Puedo salir airoso de toda suerte de pruebas, porque Cristo me da las fuerzas.


en cuya humanidad habita toda la plenitud de la divinidad,


cantaban el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: —Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios, dueño de todo; recto y fiel es tu proceder, rey de las naciones.


Después de esto, oí algo como la voz sonora de una gran muchedumbre que cantaba en el cielo: —¡Aleluya! Nuestro Dios es un Dios salvador, fuerte y glorioso,


El torrente Quisón los barrió, el viejo torrente, el torrente Quisón. ¡Avanza, alma mía, con denuedo!


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