Éxodo 10:27 - La Palabra (versión española)

²⁷ El Señor hizo que el faraón se mantuviera intransigente y que no los dejara salir.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁷ Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no quiso dejarlos ir.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁷ Pero el Señor endureció el corazón del faraón una vez más, y no quiso dejarlos salir.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁷ y ni siquiera sabemos cuáles animales hemos de ofrecer hasta que lleguemos al lugar.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁷ Pero YHVH endureció el corazón de Faraón, y no consintió en dejarlos partir.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁷ Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, que no quiso dejarles salir.

Éxodo 10:27 Referans Kwoze

Éxodo 10:1

El Señor dijo a Moisés: —Preséntate ante el faraón, porque yo soy el que ha hecho que tanto él como sus cortesanos se muestren intransigentes, a fin de que se pongan de manifiesto en medio de ellos mis prodigios.

Éxodo 10:20

Pero el Señor mantuvo al faraón en su postura intransigente y no dejó salir a los israelitas.

Éxodo 11:10

Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios en presencia del faraón, pero como el Señor mantuvo al faraón intransigente, este no dejó salir de Egipto a los israelitas.

Éxodo 14:4

Y yo haré que el faraón no se dé por vencido y os persiga; y de nuevo mostraré mi gloria a costa de él y de todos sus ejércitos. Así los egipcios tendrán que reconocer que yo soy el Señor. Los israelitas cumplieron esta orden.

Éxodo 14:8

Y el Señor hizo que el faraón, el rey de Egipto, se obstinase en perseguir a los israelitas que habían partido en plan de vencedores.

Éxodo 4:21

El Señor le dijo: —Cuando regreses a Egipto, recuerda todos los prodigios que te he concedido realizar. Hazlos delante del faraón; aunque yo haré que se muestre intransigente y no deje salir a los israelitas.

Romanos 9:18

En una palabra, Dios tiene compasión de quien quiere y deja que se obstine a quien le place.

Apocalipsis 9:20

A pesar de todo, quienes no fueron aniquilados por estas calamidades, se negaron a cambiar de conducta. Siguieron adorando a los demonios, a los ídolos de oro, plata, bronce, madera y piedra, dioses que no pueden ver, ni oír, ni caminar.