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Efesios 6:5 - La Palabra (versión española)

5 Los esclavos debéis acatar con profundo respeto y lealtad de corazón las órdenes de vuestros amos temporales, como si de Cristo se tratara.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con profundo respeto y temor. Sírvanlos con sinceridad, tal como servirían a Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Siervos, obedezcan a sus patrones de este mundo con respeto y responsabilidad, con corazón sincero, como quien obedece a Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Los siervos: Obedeced a los señores según la carne, con temor y temblor, con sinceridad de corazón, como al Mesías;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Esclavos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con sumisión y respeto, en la sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;

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Efesios 6:5
27 Referans Kwoze  

Y el ángel del Señor le dijo: —Vuelve con tu señora y sométete a su autoridad.


Bien sé, Dios mío, que tú sondeas las conciencias y amas la sinceridad. Por eso, yo te he hecho todos estos donativos voluntaria y sinceramente, y ahora veo con alegría que tu pueblo, aquí presente, también ha contribuido voluntariamente.


Como dirigen sus ojos los siervos hacia la mano de sus señores, como dirige sus ojos la esclava hacia la mano de su señora, así dirigimos nuestros ojos hacia Dios, Señor nuestro, hasta que él se apiade de nosotros.


Señor, muéstrame tu camino y en tu verdad caminaré; guía mi corazón para que venere tu nombre.


El Señor del universo os dice a vosotros, sacerdotes, que menospreciáis su nombre: El hijo honra al padre y el siervo a su señor. Si, pues, yo soy padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está la reverencia que se me debe? Vosotros le respondéis: «¿En qué forma menospreciamos tu nombre?».


Los ojos son lámparas para el cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo en ti será luz;


Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro; será fiel al uno y del otro no hará caso. No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.


Porque yo también estoy sujeto a mis superiores, y a la vez tengo soldados a mis órdenes. Si a uno de ellos le digo: «Vete», va; y si le digo a otro: «Ven», viene; y si a mi asistente le digo: «Haz esto», lo hace.


A diario acudían al Templo con constancia y en íntima armonía, en familia partían el pan y compartían juntos el alimento con sencillez y alegría sinceras.


Con gusto aceptaría convertirme en objeto de maldición, separado incluso de Cristo, si eso contribuye al bien de mis hermanos, los que son de mi pueblo.


así que me presenté ante vosotros sin recursos y temblando de miedo.


Porque quien es llamado por el Señor siendo esclavo, se convierte en liberto del Señor; y quien es llamado siendo libre, se convierte en esclavo de Cristo.


Si de algo nos sentimos orgullosos es de que la conciencia nos asegura que nuestro comportamiento con todo el mundo, y particularmente con vosotros, ha estado presidido por la sencillez y la franqueza que Dios inspira; es decir, ha sido fruto del favor divino y no del humano saber.


Cada vez que recuerda el profundo respeto con que lo acogisteis y la atención que todos le prestasteis, crece más y más el cariño que os tiene.


Que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Señor.


Y que la gracia acompañe a cuantos aman a nuestro Señor Jesucristo con un amor indestructible.


Y puesto que siempre me habéis obedecido, queridos míos, ahora que estoy ausente, con temor y temblor ocupaos en vuestra salvación, con más empeño aún que si yo estuviese presente.


Y no ya como esclavo, sino como algo más, como hermano muy querido. Así lo es, al menos, para mí; cuánto más debe serlo para ti, no solo como persona, sino como creyente.


Ahora, pues, respetad al Señor y servidle con todo esmero y lealtad; quitad de en medio los dioses a los que dieron culto vuestros antepasados en Mesopotamia y en Egipto y rendid culto al Señor.


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