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Eclesiastés 9:10 - La Palabra (versión española)

10 Todo lo que esté a tu alcance, hazlo con todas tus fuerzas, pues no hay actividad, ni razón, ni ciencia, ni sabiduría en el reino de los muertos adonde te encaminas.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Todo lo que hagas, hazlo bien, pues cuando vayas a la tumba no habrá trabajo ni proyectos ni conocimiento ni sabiduría.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Haz todo lo que esté a tu alcance y que te sientas capaz de hacer; porque en la morada de los muertos a donde tú vas, no hay ni trabajos ni problemas, ni conocimiento ni sabiduría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Todo cuanto halle hacer tu mano, hazlo con tus fuerzas, porque en el Seol, adonde vas, no hay obra ni propósito, ni conocimiento ni sabiduría.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Todo lo que tu mano pueda hacer, hazlo con decisión, porque en el seol, adonde vas, no hay actividad, ni razón, ni ciencia, ni sabiduría.

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Eclesiastés 9:10
44 Referans Kwoze  

Todos sus hijos y sus hijas intentaban consolarlo, pero él no se dejaba consolar; al contrario, lloraba por su hijo y repetía: —Guardaré luto por mi hijo hasta que vaya a reunirme con él en el reino de los muertos.


Disponeos, pues, a servir al Señor vuestro Dios con todo vuestro ser y empezad a construir su santuario, para poder llevar el Arca del Señor y los objetos sagrados al Templo construido en honor del Señor.


Luego David añadió a su hijo Salomón: —¡Ten valor y ánimo, y pon manos a la obra! No temas ni te acobardes, porque Dios, el Señor, mi Dios, te acompaña, y no te dejará ni abandonará hasta que culmines toda la obra del servicio del Templo.


Me levanté de noche con unos cuantos hombres, sin comunicar a nadie lo que mi Dios me había inspirado hacer en Jerusalén. La única cabalgadura que había era la que yo cabalgaba.


y todos a una conspiraron para luchar contra Jerusalén y causarle el mayor daño posible.


Pero los judíos que residían entre ellos no cesaban de advertirnos: —De todos los sitios caerán sobre vosotros.


antes de que vaya al país de tinieblas, y de sombras de muerte, sin que pueda regresar,


al país lúgubre como la oscuridad, con sombras de muertos, caótico, donde la luz solo es oscuridad».


gozan dichosos de la vida y bajan en paz al reino de los muertos.


pues si uno muere pierde tu recuerdo; pues ¿quién puede alabarte en el reino de los muertos?


Si ahora tienes, no digas a tu prójimo: «Vete y vuelve, mañana te daré».


Cuando las nubes van cargadas, vierten lluvia sobre la tierra; cuando el árbol cae al sur o al norte, en el lugar donde cae, allí se queda.


Por la mañana siembra tu semilla, y por la tarde repite la tarea; pues no sabes cuál de las dos dará resultado, o si son igualmente buenas.


Yo pensé: «Ahora en la mitad de mis días he de irme a las puertas del reino de los muertos, privado del resto de mis años».


me buscaréis y me encontraréis, si es que venís a buscarme de todo corazón.


Entonces Caleb impuso silencio al pueblo en presencia de Moisés y dijo: —Subamos con decisión y apoderémonos de esa tierra, pues somos más poderosos que ellos.


Le contestaron: «Porque nadie nos ha contratado». Él les dijo: «Pues id también vosotros a la viña».


Vosotros, antes que nada, buscad el reino de Dios y todo lo justo y bueno que hay en él, y Dios os dará, además, todas esas cosas.


Jesús les explicó: —Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo sus planes.


Mientras es de día debemos realizar lo que nos ha encomendado el que me envió; cuando llega la noche, nadie puede trabajar.


Si se trata de esforzaros, no seáis perezosos; manteneos espiritualmente fervientes y prontos para el servicio del Señor.


Pero la gracia divina ha hecho de mí esto que soy; una gracia que no se ha malogrado en cuanto a mí toca. Al contrario, me he afanado más que todos los otros; bueno, no yo, sino la gracia de Dios que actúa en mí.


Cuando llegue Timoteo, haced lo posible por que se sienta a gusto entre vosotros, pues no en vano trabaja por el Señor, igual que yo.


Bien sabéis que de todos los que participan en una competición atlética, solo uno recibe el premio. ¡Corred como para ganar!


En cuanto a mí, no corro a ciegas, ni lucho como quien da golpes al aire.


Y aprovechad cualquier oportunidad, pues corren tiempos malos.


Poned el corazón en lo que hagáis, como si lo hicierais para el Señor y no para gente mortal.


Cuando te hayan ocurrido estas señales, actúa como quieras, porque Dios está contigo.


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