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Eclesiastés 7:17 - La Palabra (versión española)

17 No seas demasiado malo, ni seas insensato; ¿por qué morir antes de tu hora?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Por otra parte, tampoco seas demasiado malo. ¡No seas necio! ¿Para qué morir antes de tiempo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 No seas malvado en demasía ni te comportes como un insensato: podrías morir antes de tiempo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 No seas demasiado impío ni insensato. ¿Por qué morir antes de tiempo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 No seas demasiado perverso ni hagas el insensato. ¿Para qué morir antes de tu hora?

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Eclesiastés 7:17
15 Referans Kwoze  

Cuando David volvió a casa para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, salió a recibirlo y le dijo: —¡Cómo se ha cubierto de gloria hoy el rey de Israel, desnudándose a la vista de las esclavas de sus servidores, como lo haría cualquier don nadie!


aventados antes de tiempo, cuando la riada arrancó sus cimientos?


Y tú, oh Dios, los arrojarás a la fosa: los sanguinarios y los falsos no alcanzarán la mitad de su vida. Pero yo en ti pongo mi confianza.


El respeto al Señor prolonga la vida, los años del malvado se acortan.


Tomaste a tus hijos e hijas, que me habías dado a luz, y se los ofreciste en sacrificio como alimento. Y como te parecía poco tu conducta de prostituta,


Me dijo entonces: —¿Ves esto, hijo de hombre? ¿No le basta a Judá con cometer las abominaciones que cometen aquí, que encima llenan el país de violencia y me irritan una y otra vez? Mira cómo se llevan el ramo a la nariz.


En aquel mismo instante, un ángel del Señor lo hirió de grave enfermedad por haberse arrogado el honor que corresponde a Dios, y murió comido por gusanos.


Pablo, entonces, le dijo a voz en grito: —¡No te hagas ningún daño, que estamos todos aquí!


Al instante cayó a sus pies y expiró. Cuando entraron los jóvenes, era ya cadáver; así que se la llevaron y la enterraron junto a su marido.


Escuchar Ananías estas palabras y caer muerto al suelo fue todo uno, por lo que cuantos lo oyeron quedaron sobrecogidos de temor.


Por tanto, renunciando a todo vicio y al mal que nos cerca por doquier, acoged dócilmente la palabra que, plantada en vosotros, es capaz de salvaros.


Al cabo de unos diez días, el Señor hirió de muerte a Nabal y este falleció.


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